Es claro para la mayoría de personas que un proceso de reconciliación es justamente eso, un proceso. Cuando por alguna razón debemos reconciliarnos con nuestro amigo, esposo, hijos o vecinos, viene a nuestro pensamiento ¿Cómo me reconcilio? ¿Qué hago? ¿será posible?
Ese proceso de reconciliarte puede durar un día, algunos días, algunos años o durar siempre y nunca hacerlo. Justamente ese el tema que trateremos en este artículo. ¿Cómo puedo reconciliarme con Dios? ¿Es posible? ¿Qué dice la Biblia? Así que, si quieres reconciliarte con Dios, aquí te diremos algunos principios bíblicos.
La reconciliación con Dios es el proceso mediante el cual el hombre espiritualmente muerto por sus delitos y pecados, es redimido o restaurado a través de Cristo a un estado de armonía y unión con Dios.
Vea también: ¿Qué es el amor de Dios en la Biblia?
Contenido
Pasos para reconciliarte con Dios
Durante más de 13 años he servido al Señor y he pasado por grandes dificultades y momentos donde mi fe ha faltado. Por eso, quiero darte algunos pasos para que tengas una verdadera reconciliación con el Señor. Mi objetivo es que con la ayuda del Señor puedas reconciliarte verdaderamente con Dios.
Paso 1: Acércate a Dios con Fe. La palabra del Señor dice que sin fe es imposible agradar a Dios, por tanto, si tu deseo es reconciliarte con Dios debes acércarte al Señor en oración creyendo que Él va a escucharte.
Paso 2: Cree en Jesús como Señor y Salvador. Después de la fe, viene el creer, por tanto, debes creer que Jesús murió por ti, porque el Señor a todos los que le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Por tanto, si crees en el Señor y experimentas un nuevo nacimiento, el Señor te tomará como hijo.
Paso 3: Arrepientete de todos los pecados. Si quieres reconciliarte con Dios, entra a tu habitación o donde puedas estar solo. Ahí, arrodíllate como si Dios estuviera presente y dile cada mentira, cada odio, tus malos hábitos y confiesa toda tu maldad delante de Dios, para que te limpie de todo pecado.
Paso 4: Perdona para ser perdonado. El siguiente paso en el proceso de reconciliación con Dios es perdonar. Perdona toda herida grande o pequeña. Puedes leer por ejemplo la parábola de los dos deudores (Mateo 18:23-35). El cual es una enseñanza del perdón hacía los demás.
Paso 5: Elige una iglesia local donde congregarte. Aunque hoy en día hay muchas dificultades para elegir una iglesia. Es muy necesario que te congregue en una. La Iglesia es una institución creada por Jesús para que los creyentes permanezcan en comunión. Nadie nace solo sobre la hierba, por eso la Iglesia existe para cuidar a los fieles del Señor.
Paso 6: Aprende la Palabra de Dios y ora constantemente. Estudia la Biblia y usa el ministerio de intercesión en tu nueva vida en cristo. El tiempo que dedicamos a aprender la palabra de Dios y a orar es precioso porque estamos en contacto con Dios.
Paso 7: Toma la decisión de bautizarte. Una de las formas de formalizar tu reconciliación con el Señor es el bautismo, este se puede considerar uno de los pasos finales para oficialmente decirle al mundo terrenal y al mundo espiritual que eres un creyente en Cristo y que tu reconciliación es verdadera.
Paso 8: Perseverar en el Señor y compartir Su palabra. Una de las mayores señales de tu reconciliación con Dios es la perseverancia en el tiempo, por tanto, esfuerzate por agradar a Dios y dar un buen testimonio en tu vida. Comparte el evangelio a los incrédulos sin avergonzarse de Cristo. Hay muchos que aún no han aprendido la palabra de Dios y que estuvieron en la misma situación nuestra.
Importante: La Biblia deja claro que todos los hombres, independientemente de su raza, lengua, nacionalidad o cualquier característica necesitan reconciliarse con Dios. Por tanto, esfuérzate en el Señor para que otros se acerquen con confianza al trono de la gracia (Hebreos 4:16).
A continuación una explicación por qué el hombre estaba separado de Dios.
El pecado nos ha separado de Dios
El pecado ha traído graves consecuencias a la humanidad. La más grave de ellas es la separación entre el hombre y Dios. Esto significa que, a causa del pecado, se destruyó la relación entre Dios y el hombre.
Dios es totalmente santo y justo y condena el pecado. Así que eso significa que la culpa de que la relación se haya roto es enteramente del hombre. Fue el hombre quien se volvió desobediente y eligió ser enemigo de Dios al complacerse en transgredir su Ley.
Por lo tanto, habiendo sido corrompido por el pecado, el hombre se ha vuelto incapaz, por su propia voluntad, de hacer cualquier bien espiritual en relación con Dios.
Lo que realmente da placer a un hombre muerto en sus delitos y pecados no es hacer la voluntad de Dios y andar en sus caminos, sino hacer la voluntad de su propia carne y andar según el curso de este mundo. Por lo tanto, la paz se perdió y el hombre desobediente se hizo merecedor de la justa ira de Dios (Efesios 2:1-3).
Vea también: ¿Qué es la Circuncisión en la Biblia?
Por la cruz de Cristo tenemos reconciliación con Dios
Reconciliar significa «hacer la paz», es decir, «restaurar la paz». De hecho, este término tiene el significado de «recuperar el favor de uno» o «restablecer un estado de armonía anterior» en el sentido de restaurar una condición favorable que se había perdido.
Así que está claro que el hombre necesitaba reconciliarse con Dios. A causa del pecado había perdido el favor divino y quedó bajo su ira. Pero todavía había un gran problema: la situación del hombre era tan terrible que no podía hacer nada para restablecer su relación con Dios.
Había que pagar un valor que el hombre no podría pagar. Así que la única manera de que hubiera reconciliación con Dios de nuevo era que Dios mismo proporcionara ese pago.
Relacionado: ¿Por qué Jesús dijo: «Yo soy el Pan de Vida»?
Aquí es donde entra el sacrificio expiatorio de Cristo. Jesucristo tomó el lugar de los pecadores ante el juicio de Dios pagando la deuda que se le debía. Se convirtió en «pecado por nosotros» y asumió el castigo que le correspondía al hombre por haber transgredido la Ley de Dios (2 Corintios 5:21; Gálatas 3:13).
Entonces «…Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz. » (Colosenses 2:14).
Por eso, el apóstol Pablo escribe que la historia de la redención viene de Dios, «Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliaciión: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación.» (2 Corintios 5:18-19).
Cristo es nuestra reconciliación con Dios y por eso tenemos paz
Cuando decimos que Cristo es nuestra reconciliación con Dios, estamos afirmando que en Cristo se restablece la gracia de Dios a los pecadores que se arrepienten y ponen su confianza en él al comprender su muerte expiatoria.
El Hijo de Dios murió por nosotros cuando aún éramos pecadores (Romanos 5:8). Así, una vez reconciliados, los redimidos tienen ahora paz con Dios. Esto es lo que dice la Biblia: «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo» (Romanos 5:1).
Si quieres profundizar más sobre ¿Cómo puedo reconciliarme con Dios?, te recomendamos el siguiente video.
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