¿Qué es la Circuncisión en la Biblia?

La circuncisión es una práctica muy antigua del Pueblo de Israel, los judíos a lo largo del tiempo han desarrollado esta actividad e incluso hoy en día se discute entre el pueblo cristiano si es una práctica que debe hacerse en la actualidad.

La Biblia presenta dos panoramas sobre este tema, uno en el Antiguo Testamento y otro en el Nuevo Testamento, por tanto en este artículo nos acercaremos a la palabra de Dios para aclarar lo que dicen las Sagradas Escrituras.

La circuncisión en la Biblia es la señal del pacto que hizo Dios con Abraham (Génesis 17:10-12), en la que a todo varón del pueblo de Israel se le cortaba el prepucio, fue dada debido a que Abraham no esperó la promesa (Isaac) sino que en la carne tuvo a su primer hijo (Ismael).

En el Nuevo Testamento, la circuncisión ya no es en la carne (prepucio) sino en despojarse de todo pecado en la vida (Colosenses 2:11).

La Circuncisión en el Antiguo Testamento

La circuncisión era una pequeña cirugía que se realizaba a todos los bebés varones judíos, y representaba la pertenencia al pueblo de Israel y al pacto de Dios. Cualquiera niño no circuncidado era considerado un incircunciso no judío y enemigo de Dios. 

Cuando el niño cumplía 8 días de nacido (Génesis 17:12, Hechos 7:8), se hacia una ceremonia para cortar el prepucio, del órgano genital masculino. Este procedimiento no causaba daño físico (de hecho, en algunos casos es recomendado por los médicos) y sirvió como señal entre el pueblo de Israel y Dios.

Dios estableció la circuncisión en el Pacto con Abraham.  Por tanto, la circuncisión era una señal física de descendencia del Patriarca Abraham y por tanto parte del pacto de Dios (Génesis 17: 9-11).

Nota: solo los hombres eran circuncidados, y cuando crecían tenían la responsabilidad de obedecer a Dios y enseñar a sus hijos a obedecer (Deuteronomio 6:6-7). Por otra parte, las mujeres no eran circuncidadas, pero hacían parte del pacto.

La Circuncisión en el Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento viene el tiempo del cumplimento, Cristo se hace hombre y muere por nosotros, el Apóstol Pablo dice que cuando Cristo muere por nosotros, allí estamos siendo circuncidados, se nos corta todo lo malo que traíamos, nuestros pecados y nuestro viejo hombre.

En Filipenses 3:3 el Apóstol Pablo dice que nosotros somos la circuncisión, los que servimos a Dios en espíritu, no teniendo confianza en la carne, sino en el espíritu, por tanto, nuestra unión al mundo, Dios la corta en Cristo, por lo cual, Dios no quiere que nos acerquemos por nuestras fuerzas, si no por la fe y la confianza en Cristo.

Nota: a partir del Nuevo Testamento, el pacto se renueva y ya un hijo de Dios no es considerado por ser descendiente de Abraham, sino por creer en el hijo de Dios, Jesucristo (Colosenses 2:11).

Los cristianos son la nueva circuncisión

La circuncisión es una experiencia que Dios permite en la vida del cristiano, donde el creyente corta consigo mismo (pecados, malos deseos, rebeldía, etc.) para aprender a servirle a Dios por el espíritu.

Dios no puede ser adorado, honrado, obedecido por nuestras propias fuerzas, al contrario, él hace una obra profunda en el hombre, en la que el hombre se arrepiente de sus pecados, los confiesa a Dios y ve la cruz de Cristo, ahí la persona nace de nuevo y recibe el Espíritu Santo.

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El cristiano debe pasar de un servicio incircunciso a un servicio circunciso, es decir, de un servicio en la carne a un servicio en el espíritu, debe pasar de agradar a Dios en sus propias fuerzas a permitir que la obra del espíritu fluya y su servicio sea agradable delante del Señor.

En la circuncisión de Cristo los cristianos fueron perdonados

Cuando Cristo se hace hombre y muere por todos los pecadores, en Colosenses 2:11 el Apóstol Pablo dice que de alguna manera Dios nos estaba circuncidando, nos estaba cortando todo lo que éramos (viejo hombre, pecados, unión al mundo), Dios todo lo corta en Cristo y ahora Dios no quiere que nos acerquemos por nuestras fuerzas o por ser descendientes en la carne de Abraham, sino que nos acerquemos por la fe y la confianza en la obra de Cristo (Juan 3:15).

El propósito de la circuncisión en el Nuevo Testamento

En Mateo 16:15-16, Jesús preguntó a los discípulos quién era él, la respuesta de Pedro fue maravillosa, Dios el padre le reveló que Jesús era el Mesías esperado desde el principio y lo declaró así, a partir de ese momento los discípulos entendieron quién era Jesús.

Sin embargo, aunque Pedro recibió una preciosa revelación del Padre, en Mateo 16:22-23, se observa como Pedro es dominado por la carne y se convierte incluso en instrumento del diablo invitando al Señor a que no muera. De esta forma se observa como el hombre natural no tiene disposición para la cruz, para el trato, para la muerte.

El propósito de la circuncisión en el Nuevo Testamento no es hacer una circuncisión física, sino una circuncisión del corazón (Romanos 2:29), en el exterior nadie es cristiano, por tanto el propósito es cambiar el corazón de las personas para que sean semejantes a Cristo por el Espíritu Santo (Romanos 2:28-29).

Nota: la característica de la carne del cristiano es que está le huye al trato de Dios, cada vez que Dios organiza una situación para tratar su vida, de alguna manera el cristiano trata de zafarse de tal forma que no lo afecte (Mateo 16:22) cómo lo hizo en su momento Pedro.

¿Jesús fue circuncidado?

En el evangelio de Lucas 2:21 se presenta la circuncisión de Jesús al octavo día, cumpliendo de esta forma la ley, incluyendo todas las ceremonias instituidas por Dios para el pueblo de Israel, por tanto, Jesús sí fue circuncidado.

¿Debe circuncidarse un cristiano?

Desde el Antiguo Testamento Dios quería una circuncisión del corazón (Deuteronomio 10:16), es decir, no una diferencia en un aspecto físico, sino en un aspecto de vida y devoción, la circuncisión era solo una señal externa, que nunca salvó a nadie.

Al inicio de la iglesia primitiva, hubieron muchos debates sobre la necesidad de seguir circuncidándose. Los judíos convertidos creían que era una práctica que debía continuar (Hechos 15:1-2). Tal discusión llevo a los apóstoles a tener una reunión donde concluyeron que la circuncisión no era necesaria (Gálatas 2:3), por tanto el cristiano no debe circuncidarse físicamente en la actualidad.

Jesús nunca ordenó la circuncisión. Esta es una ceremonia que ya es necesaria. El Apóstol Pablo dijo en 1 Corintios 7:18 que si conoces a Cristo y no estas circuncidado, que te quedes así, porque lo importante es la obediencia a Dios.

Conclusión sobre la circuncisión

Estar o no circuncidado de manera física en la actualidad de nada sirve para el cristianismo, tal vez servirá para algunos por la salud de su cuerpo, sin embargo para el Señor lo que realmente importa es obedecerlo y seguir a Cristo (1 Corintios 7:19).

Por tanto, lo más importante es la «circuncisión del corazón». Dios se preocupa por el interior, no por las cosas externas. Quien tenga en su interior el Espíritu Santo está verdaderamente circuncidado (Filipenses 3:3). El cuerpo exterior no afecta al interior, pero el interior de alguien afecta a toda la vida del cristiano. En conclusión, el cristiano necesita circuncidarse.

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