Estudio Bíblico sobre la Fe en la Biblia

En los últimos años, se anuncia la fe como una especie de clave infalible para lograr el éxito en la vida del hombre. Pastores y líderes de iglesias locales hacen llamados para que la gente visite sus iglesias con el fin de enseñarles a utilizar realmente la fe. De hecho, incluso algunos tienen la osadía de afirmar que el resultado está garantizado.

Pero, ¿es realmente así? ¿La fe en Cristo nos libra de todo sufrimiento? ¿Es la fe la garantía del éxito en la vida? ¿Los que sufren tienen poca fe?; Veamos en este artículo qué dice la carta a los Hebreos y cómo responde a estas preguntas de forma clara y objetiva, utilizando ejemplos prácticos sobre cómo se debe utilizar la fe.

La Biblia declara que la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve, por tanto, la fe en Cristo es la creencia de que algo es verdadero y sucederá aunque humanamente no parezca posible.

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Estudio sobre la fe en Dios en la Carta a los Hebreos

En este estudio bíblico sobre la fe en Dios meditaremos sobre el capítulo 11 de la carta a los Hebreos. El escritor del Nuevo Testamento hace una gran exposición sobre la naturaleza de la fe y cómo actúa en la vida del cristiano. A través de este capítulo, podremos entender cuál es la verdadera fe bíblica.

El escritor de Hebreos dirigió su carta a los cristianos judíos de la diáspora. Esto significa que sus destinatarios vivían fuera de Palestina en la última mitad del siglo I. En aquella época, los cristianos eran objeto de una dura persecución, probablemente bajo el régimen del Emperador Nerón (64 d.C.).

Además de la persecución, había mucha herejía enseñada por falsos maestros. Algunas comunidades cristianas se veían amenazadas por la apostasía. Así que muchos de los cristianos judíos tuvieron la tentación de volver al judaísmo.

En este contexto, el autor bíblico habla de la superioridad del Sacerdocio de Cristo. Presenta una serie de exhortaciones y estímulos sobre la verdadera fe. Y recuerda a sus lectores las historias de los grandes hombres del pasado, en una verdadera galería de los héroes de la fe.

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Los heroés de la fe y una lecciones de aprendizaje

En Hebreos en el capítulo 11 encontramos una lista de personas y sus ejemplos de fe. El escritor del Nuevo Testamento se ocupa primero de los hombres que vivieron al principio de la historia de la humanidad. De esta época menciona a Abel, Enoc y Noé.

A continuación, el escritor cita algunos ejemplos de la época patriarcal, como Abraham, Sara, Isaac y Jacob. Luego continúa su exposición hablando de Moisés, y aborda de manera general algunos ejemplos dentro de la historia de los israelitas.

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En el versículo 32 el autor admite que le faltará tiempo para considerar a todos los personajes que fueron referencia para la fe en el Antiguo Testamento. A continuación, cita de manera general varios ejemplos de fe. En cada ejemplo señalado por el autor es posible recordar una, dos o incluso tres personas que vivieron tales situaciones.

Veamos a continuación algunas lecciones que podemos aprender de este extraordinario estudio sobre la fe en Hebreos 11.

La fe nos revela los planes de Dios y nos da la seguridad de sus promesas

De acuerdo a hebreos 11:1 sólo la fe nos permite ver el futuro. Esta «garantía de lo que se espera» no es una especie de invitación a proyectar una serie de aspiraciones con la certeza de que se harán realidad. Al contrario. Es por la fe que estamos seguros de las promesas de Dios y que confiamos en su poder.

En pocas palabras, se puede decir que mediante la fe nos alimentamos de las promesas de Dios. Es a través de la fe que tenemos la prueba de las cosas que no vemos. La fe nos da la seguridad de que Dios cumplirá sus promesas.

Además, en el versículo 3, se puede observar que es por la fe que entendemos las obras y los propósitos de Dios. Ningún hombre estaba presente cuando Dios creó el universo. En un diálogo con Job, el propio Dios le preguntó: «¿Dónde estabas?». Cuando Dios creó todas las cosas nadie fue su consejero. Sólo la fe nos permite percibir planes tan elevados y sublimes.

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Sólo por la fe podemos acercarnos a Dios

En el versículo 6 encontramos una verdad gloriosa y al mismo tiempo terrible: «Sin fe es imposible agradar a Dios». En el mismo versículo aprendemos que la fe es obligatoria para acercarse a Dios.

No importa lo amables que seamos; no importa nuestro intelecto y ni siquiera el tamaño del reconocimiento de las obras que realizamos. Si no tenemos fe, nada de eso puede agradar a Dios.

El apóstol Pablo también llegó a esta conclusión cuando dijo que «todo lo que no procede de fe es pecado» (Romanos 14:23). Esta fe verdadera se traduce en frutos, en obras que agradan a Dios.

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Importante: Santiago explica claramente este principio cuando dice que «la fe sin obras está muerta». No estaba enseñando que son las obras las que mantienen viva la fe, sino que la evidencia de la verdadera fe en la vida del cristiano le lleva a realizar buenas obras.

La fe nos lleva a actuar según la voluntad de Dios

Entre los versículos 8 y 29 leemos los ejemplos de los patriarcas y de Moisés. Los cuales actuaron según la voluntad de Dios. Les impulsaba una fe que les llevaba a desafiar cualquier razonamiento lógico.

Abraham obtuvo de Dios el nacimiento de su hijo Isaac, al que había esperado con gran fe en su vejez. Sin embargo, la fe de Abram se hizo más evidente cuando Dios le ordenó ofrecer a Isaac como holocausto. Su fe no sólo estaba en la obediencia que mostraba, sino en dar por hecho lo imposible. Abraham tenía fe en que Isaac resucitaría si lo mataban (Hebreos 11:19).

Sobre Moisés, humanamente hablando era mucho más cómodo para él permanecer en Egipto. Allí vivía como príncipe y tenía todo lo que necesitaba. Pero Moisés prefirió ser maltratado junto con el pueblo de Dios. Sólo la fe nos hace renunciar a nuestros placeres y actuar según la voluntad y las promesas de Dios.

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La fe considera a Cristo sobre todas las cosas

En el versículo 26 vemos que la fe genera en nosotros una esperanza que es más importante que cualquier otra cosa, por muy valiosa que sea. Moisés cambió la comodidad y los tesoros de Egipto para sufrir por el pueblo de Dios.

De esta forma, aabemos que aunque perdamos todo lo que poseemos por amor a Cristo, esto no significa que nuestra fe se desvanezca, al contrario, significa que nuestra fe está más viva que nunca, llevándonos a la recompensa que viene de Dios.

La fe nos hace ganar grandes batallas y lograr milagros extraordinarios

En el versículo 30 vemos que la fe nos hace triunfar en las grandes batallas. Fue por la fe que los muros de Jericó se derrumbaron. Fue la fe verdadera la que llevó a Rahab, una prostituta, a realizar buenas obras y a convertirse en uno de los antepasados de Jesús (Mateo 1:5).

Fue por la fe que los jueces y los reyes del Antiguo Testamento sometieron a los reinos y lograron las promesas. Por la fe, Daniel, Sansón y David cerraron la boca de los leones. Fue por la fe que tres hombres allí en Babilonia sobrevivieron al fuego.

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El versículo 35 también recuerda que por la fe las mujeres recibieron a sus muertos resucitados. Es evidente que aquí el escritor se refiere a los hechos ocurridos con el profeta Elías (Reyes 17:22-23), y luego con el profeta Eliseo (2 Reyes 4:36-37). A través de los ministerios de estos hombres, por fe, dos personas fueron devueltas a la vida por el poder de Dios.

La fe puede llevarnos al sufrimiento

Mientras que la fe nos hace ganar batallas e incluso milagros de Dios, la fe también puede llevarnos a un intenso sufrimiento. En algunos casos, la fe puede costar nuestra propia vida.

Este es el lado de la fe del que a muchos pastores y predicadores no les gusta hablar. Es fácil predicar que Moisés tocó el mar y se abrió. Es fácil decir que Elías oró y bajó fuego del cielo. Pero es difícil predicar que la misma fe que los llevó a estos logros también hizo que Moisés rechazara todo el tesoro y el estatus de Egipto para vivir caminando en el desierto, y que Elías fuera perseguido por Jezabel.

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Entre los versículos 35 y 38 el escritor cita varios ejemplos de estas situaciones. Dice que por su fe algunos fueron apedreados; perseguidos; torturados; juzgados; maltratados; golpeados; azotados; burlados; encarcelados; vagaron por desiertos, montañas y guaridas. Muchos fueron incluso asesinados por su fe.

El escritor bíblico indica que muchas personas cambiaron su vida por la esperanza de una futura resurrección. Cita un ejemplo concreto de alguien que fue cortado por la mitad. Aunque aparece en la Biblia, según la tradición judía el profeta Isaías murió de esta manera.

Importante: Algunos predicadores, en especiual los de la doctrina de la posperidad, dicen que si tienes fe, tendrás una vida sin problemas. Pero según el escritor de Hebreos, la fe también puede ser la causa de tus mayores problemas en esta vida terrenal.

La verdadera fe siempre se mantiene firme

En los versículos 39 y 40, el autor de Hebreos nos muestra que incluso con todos estos ejemplos de fe en el Antiguo Testamento, estas personas no pudieron ver el cumplimiento de la promesa.

Esto significa que, aunque estas personas vivían por fe, no pudieron ser testigos del cumplimiento de la mayor promesa de Dios: la venida de Cristo, Sin embargo, se mantuvieron firmes creyento en la promesa de Dios a pesar de las circunstancias que vivieron.

Pero los héroes de la fe, que lograron tan maravilloso testimonio también están justificados en Cristo Jesús. Juntos, todos los creyentes, de todas las épocas, se perfeccionan en Cristo. Es la fe la que nos une en un solo Cuerpo, tanto a los santos del Antiguo Testamento como en nuestra época actual, la de la iglesia.

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La fe no es sinónimo de perfección

Algo muy interesante que podemos notar en este estudio sobre la fe en Hebreos 11 es que ninguno de los héroes mencionados era perfecto.

En todos los nombres mencionados podemos identificar los efectos de su naturaleza caída. Pero incluso con la naturaleza pecaminosa, sabemos claramente que el pecado no era lo que les caracterizaba.

Esas personas tenían imperfecciones. Eran hombres y mujeres como nosotros. Sin embargo, la fe les invitaba constantemente a caminar en la justicia. De esto aprendemos que la verdadera fe nos conduce a un nuevo modelo de vida y nos lleva a la santificación.

La verdadera fe, aunque a veces parezca debilitada, nunca morirá definitivamente. Es ante nuestras imperfecciones que podemos reconocer que la fe no es obra nuestra, ni siquiera se origina en nuestra capacidad. La verdadera fe es un don de Dios (Efesios 2:8).

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Conclusión del estudio sobre la fe

Algunas personas dicen que no pueden aceptar servir a Dios y vivir una vida terrenal de dificultades y problemas. Es decir, dicen que no aceptan servir al único Dios verdadero, sino reciben bendiciones de parte de Dios.

Este pensamiento de alguna parte de nuestros hermanos es triste, porque aunque Dios promete suplir nuestras necesidades, el mayor ejercicio de fe no es buscar la prosperidad o los grandes milagros. El mayor ejercicio de la fe es tener la seguridad de una nueva vida a través del mayor milagro que puede existir: la justificación en Cristo Jesús nuestro Señor.

Además podemos ver como el mayor ejemplo de fe para la iglesia, el cual es Cristo, se despojó de toda riqueza y no escatimó vivir una vida humilde y sin preocupación de las cosas materiales. Por tanto, anhelemos una fe sencilla y verdadera, la cual nos transforme día a día hasta ser completamente semejantes al salvador.

Si quieres saber más acerca de la fe, te recomendamos el siguiente video.

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