ᐅ ¿Por qué Moisés no entró en la Tierra Prometida?

Moisés no entró en la Tierra Prometida porque el Señor estaba enojado con Moisés por no obedecer su instrucción. Dios le ordenó a Moisés dar agua al pueblo hablándole a una peña, sin embargo, Moisés no habló a la peña sino que la golpeó dos veces.

Una de las preguntas que se hace el cristiano cuando conoce la historia del pueblo de Israel es, ¿Por qué Moisés no entró en la tierra prometida?, debido a que no hay muchos pasajes en la Biblia que muestren el motivo por el cual no pudo entrar.

Moisés es uno de los grandes profetas de Dios, que llegó a ser el hombre más manso en todo el mundo, sin embargo, para llegar a ese nivel tuvo que pasar por grandes pruebas y disciplinas de parte de Dios, las cuales lo transformaron en un hombre completamente nuevo. Una de esas disciplinas fue no poder entrar en la tierra prometida.

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Contexto de la disciplina de Dios sobre Moisés para no entrar en la tierra prometida

En la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento, se encuentra el motivo por el cual Moisés no entró en la Tierra Prometida. La Palabra de Dios, narra en el libro de Números que durante los 40 años en el desierto hubo escasez de agua para beber, y los israelitas se enfadaron mucho.

Debido a esa escasez, empezaron a murmurar y a oponerse a Moisés y a Aarón. Desagradecidos por la liberación que Dios les había dado al sacarlos de Egipto, e incrédulos incluso después de tantas demostraciones del poder de Dios, los israelitas empezaron a decir que Moisés y Aarón no deberían haberlos conducido al desierto.

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De acuerdo a su pensamiento, para ellos era mejor haberse quedado en Egipto, en lugar de morir en el desierto de hambre y sed (Números 20:2-5). Lo que se encuentra a lo largo de la Escritura es que el pueblo de Israel cuando se encontraba en alguna dificultad, se quejaban a Moisés y Aarón, cuestionando su liderazgo y se arrepentían de no haberse quedado en Egipto.

El pecado de Moisés y la disciplina del Señor

Ante la queja del pueblo, Moisés y Aarón se postraron a la puerta del Tabernáculo y se les manifestó la gloria del Señor. Entonces Dios ordenó a Moisés que tomara la vara y, junto con Aarón, reunieran al pueblo. Ante el pueblo, tenían que hablar a una roca, porque de ella brotaría agua para saciar a todo el pueblo y a sus rebaños (Números 20:8).

El problema se ocasionó al reunir al pueblo según el mandato del Señor, pero Moisés y Aarón no actuaron según la orden de Dios. El texto bíblico narra la declaración de Moisés al pueblo en la que denota un semblante enojado:»¡Escuchen, rebeldes! ¿Acaso tenemos que sacarles agua de esta roca?» (Números 20:10).

Posteriormente se observa en el pasaje bíblico que Moisés levantó su brazo y golpeó la roca violentamente dos veces con la vara, y «¡y brotó agua en abundancia, de la cual bebieron la asamblea y su ganado!» (Números 20:11).

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Un tiempo después de la actitud imprudente temeraria de Moisés, llegó la respuesta de Dios. La Biblia dice que el Señor se dirigió a Moisés y a Aarón: «Por no haber confiado en mí, ni haber reconocido mi santidad en presencia de los israelitas, no serán ustedes los que lleven a esta comunidad a la tierra que les he dado» (Números 20:12).

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Moisés no entró en la Tierra Prometida

La declaración del Señor nos ayuda a entender por qué Moisés no entró en la Tierra Prometida. En primer lugar, Moisés dejó que la ira controlara su vida. Cuando esto sucede, el hombre peca delante del Señor (Efesios 4:26). La Biblia dice que Moisés era el hombre más manso de la tierra; sin embargo, en ese momento fue justamente la mansedumbre la que perdió al dejarse llevar por la ira y el enojo por un pueblo quejumbroso (Números 12:3).

En segundo lugar, Moisés no obedeció la orden del Señor. Dios le dijo que hablara a la roca, pero él hizo de otra cosa. Moisés actuó de manera violenta y golpeó la roca dos veces.

En tercer lugar Moisés dio una declaración muy grave al incluirse dentro de la trinidad de Dios al decir: «¿tenemos que darles agua de esta roca?» en vez de decir Dios les dará agua. Y en cuarto lugar Moisés con su actitud no sólo demostró desobediencia e impaciente, sino que también deshonró la santidad de Dios ante los israelitas.

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En la historia de Moisés no solamente se encuentra este arranque de ira, sino que fue bastante común en su vida. Cuanto Moisés era príncipe en Egipto mató por un arranque de ira a un egipcio (Éxodo 2:114-15), el segundo ataque de ira de Moisés es cuando bajó de estar con Dios por 40 días con los 10 mandamientos y al ver al pueblo en idolatría quebró las tablas que «Dios escribió con su dedo».

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En consecuencia, Moisés tenía ataque de ira que lo hicieron en este caso usurpar el lugar de Dios al hacer según su propia voluntad. Y lo más grave de todo esto es que lo hizo delante de toda la congregación de Israel. Moisés habló como si él y Aarón fueran los verdaderos responsables de saciar la sed del pueblo sacando agua de aquella roca. Esto significa que inevitablemente se glorificó a sí mismo en lugar de al Señor.

De esta forma, y se acuerdo con las consideraciones realizadas, podemos entender por qué Moisés no entró en la Tierra Prometida. Incluso el hecho de que Dios reprendiera a Aarón en la misma ocasión indica que también estaba involucrado en el acto de su hermano.