¿Quién fue Ester en la Biblia?

¿Conoces la historia de Ester en la Biblia? ¿Sabes quién era esta mujer que recibió el favor de Dios al no morir cuando se presentó ante el rey de Media y Persia y por qué es tan importante su historia en la Biblia? Si quieres saber más sobre este personaje, sigue leyendo este artículo.

La historia de Ester es una de las más conocidas de la Biblia y se encuentra en el libro del Antiguo Testamento que lleva su nombre. Ester vivió entre el 486 y el 465 a.C. y en este estudio bíblico, aprendéremos todo lo que dice la Biblia sobre esta extraordinaria mujer.

Ester fue una joven judía del Antiguo Testamento. Era una hermosa doncella huérfana e hija adoptiva de su primo Mardoqueo, se convirtió en la reina de Persia y de Media cuando se casó con el rey Asuero (Jerjes I) y salvó al pueblo de Israel de su destrucción.

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¿Qué significa el nombre Ester?

El nombre Ester del original hebreo «אֶסְתֵּר» es Hadassah y significa mirto, arrayán o estrella, que es una flor hermosa y popular.

Cuando Hadassah entró en el harén real, se le dio el nombre de Ester, posiblemente por el nombre que se le da al mirto (un tipo de arbusto), una palabra bastante cercana a la raíz del término que designa tanto «mirto» como «estrella», la forma de la flor.

Algunos intérpretes sugieren que el nombre Ester procede probablemente del persa Stara, y que tal vez su nombre tenga relación con el de una diosa babilónica, Ishtar.

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La historia de Ester en la Biblia

El libro de Ester fue escrito aproximadamente entre el 470 y el 486 a.C., y se cree que fue escrito por Esdras.

La historia se desarrolla en Susa, una de las tres capitales del Imperio Persa, que se extendía desde la India hasta Etiopía, abarcando también algunas islas del Mediterráneo.

Ester vivió en una época de gran peligro, pues su pueblo, los israelitas, se encontraba en el exilio tras la destrucción de la ciudad de Jerusalén.

La reina nació cuando el pueblo judío llevaba ya más de 120 años bajo el dominio persa.

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El Rey Asuero y Vasti

La historia de Ester comienza cuando el rey persa Asuero (probablemente el rey Jerjes I) dio una gran fiesta a sus siervos y príncipes para mostrar su riqueza y la gloria de su reino.

La reina Vasti (predecesora de Ester en el trono) es convocada por el rey para mostrar su belleza. Sin embargo, se niega a atender la llamada del rey Asuero para estar en su presencia muy probablemente porque implicaba alguna situación deshonrosa para ella.

Por ello, el rey se enfurece y decide destituir a Vasti de su cargo de reina.

Para sustituir a Vasti, el rey crea un concurso de belleza para elegir a la joven más bella y hermosa que se convierta en nueva reina.

Las jóvenes más bellas de las 127 provincias del reino persa fueron llamadas a presentarse ante el rey, y entre ellas estaba Ester. Obviamente, esto fue el resultado de la providencia divina y del plan de Dios con su pueblo (Ester 2:17; 5:2).

¿Por qué Ester es nombrada Reina?

Durante el concurso creado por el Rey, las jóvenes recibían tratamientos especiales de belleza y especias durante 12 meses.

Cuando llegó al harén, Hegai un Eunuco (el hombre responsable de las mujeres del concurso) quedó encantado con la belleza de Ester y le dio el mejor lugar de la casa, las mejores ropas y la mejor comida.

Pasaron los 12 meses y las chicas fueron llamadas a la presencia del rey. En esta ocasión cada una trajo un regalo para adornarse, sin embargo, a diferencia de las otras chicas, Ester no eligió nada adicional a lo que ya tenía.

Cuando se presentó al rey, su belleza le impresionó y la amó más que a todas las demás mujeres, la Biblia dice: «Al rey le gustó Ester más que todas las demás mujeres, y ella se ganó su aprobación y simpatía más que todas las otras vírgenes» (Ester 2:17).

Así, Ester fue coronada reina en lugar de Vasti. Se celebró un banquete para la coronación de Ester. Tras convertirse en reina, Ester se trasladó al palacio de Susa.

Sin embargo, incluso después de ser coronada como reina, Ester permaneció obediente a su primo Mardoqueo y no revela su identidad judía al Rey, ya que los judíos sufrían una gran persecución en aquella época.

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Mardoqueo y el plan para quitarle la vida al Rey

Preocupado por su prima, que había sido criada como su hija, Mardoqueo visitaba a menudo el palacio de Susa. Y en una de esas visitas, Mardoqueo escuchó como dos funcionarios tramaban un plan para asesinar al rey.

Mardoqueo le contó todo a la reina Ester, la cual informó al rey todo el plan. Al descubrir la veracidad de los hechos, el rey mandó ahorcar a los funcionarios que conspiraban contra él y el plan conspiratorio se inscribió en los registros históricos de Media y Persia.

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El plan de Amán contra Mardoqueo

Algún tiempo después, Amán, un noble y posible amalecita, un pueblo que era enemigo mortal de Israel, fue es exaltado y colocado como primer ministro, siendo el segundo en el reino por debajo del rey.

Así que en ese momento se emitió un decreto del rey para que todos adoraran a Amán. Sin embargo, como Mardoqueo era judío y siervo de Dios, se negó a inclinarse ante Amán.

Amán se enfadó mucho con Mardoqueo y todo el pueblo judío y pidió al rey que los judíos fueran exterminados por no adorarle. Entonces, el rey accedió a la petición de Amán y emitió un nuevo decreto para que el pueblo judío fuera destruido.

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La petición de Mardoqueo a Ester

Mardoqueo le contó a Ester el terrible plan de genocidio que iba a llevar a cabo Amán, y le pidió que intercediera ante el rey. La reina Ester no podía entrar en la presencia del rey sin ser convocada, pues eso significaría poner en riesgo su propia vida.

Así, Mardoqueo le hizo ver que Dios podría haber determinado providencialmente los acontecimientos de su vida para que estuviera en condiciones de actuar a favor de los judíos (Ester 4:14).

Cabe decir que hasta ese momento el rey no sabía que Ester era de origen judío, por lo que no sabía que había permitido el exterminio del pueblo de su reina. Ante la delicada situación, la reina Ester convocó a todos los judíos a ayunar durante tres días, ya que iba a actuar en contra de la ley y entrar en la presencia del rey.

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La reina Ester utiliza la sabiduría e intercede por los judíos

Después de los tres días, Ester se preparó con su traje real y entró en el patio interior de la casa del rey. Asuero, sentado en su trono, vio a Ester de pie en el patio y extendió el cetro de oro en su mano a favor de Ester y le permitió acercarse.

El rey le preguntó qué quería y le dijo que le daría incluso la mitad de su reino. Ester, actuando muy sabiamente, simplemente lo invitó a él y a Amán a un banquete que había preparado. Con motivo del banquete, Ester pidió permiso para preparar un segundo banquete al día siguiente.

En el segundo banquete, Ester reveló al rey que era judía y que todo su pueblo estaba condenado a muerte. Ester también le dijo que Amán era quien había planeado todo este mal.

El rey se enfadó mucho y abandonó el banquete y se dirigió al jardín del palacio. Amán, sabiendo que la situación se había vuelto extremadamente complicada para él, decidió quedarse allí para rogar a Ester por su vida.

Cuando el rey regresó a la casa del banquete, encontró a Amán recostado en el diván de Ester. Se trataba de una ruptura irreversible del protocolo, pues el rey comprendió que Amán había intentado violar a la reina: «¡Y todavía se atreve este a violar a la reina en mi presencia y en mi casa!» (Ester 7:8).

Cuando el rey exclamó estas palabras, inmediatamente los sirvientes de la corte comprendieron que ese era el fin del camino para Amán, y le cubrieron el rostro. A veces era costumbre entre los griegos y los romanos cubrir el rostro del condenado a muerte, pero entre los persas ésta es la única referencia a esta costumbre.

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La Salvación de los Judíos: La Fiesta de Purim

Amán fue colgado en la misma horca que había preparado para Mardoqueo. Como el rey no podía revocar el decreto anterior, la reina Ester consiguió que se emitiera un nuevo decreto que autorizaba a los judíos a defenderse. Así, los judíos obtuvieron el derecho a la autodefensa.

Como resultado, los judíos mataron a sus enemigos y exterminaron la casa de Amán. Tal vez la petición de Ester de un segundo día de matanza muestra que había un gran odio contra los judíos allí en Susa (Ester 9:13-14).

En total, mataron a más de 75.000 enemigos que odiaban al pueblo judío, pero no tocaron el botín de sus enemigos. Quizás aquí se pueda ver un contraste con el episodio en el que se tomaron los despojos de los amalecitas, hecho que condujo al fin de Saúl (1 Samuel 15:17-19).

A raíz de todo ese acontecimiento, hasta el día de hoy este episodio es celebrado por el pueblo judío con una fiesta llamada Purim.

Nota importante: La palabra Purim significa «echar suertes», que era la forma en que Amán determinaría el día del exterminio.

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Ester y Cristo 

La historia de Ester nos lleva ciertamente a reflexionar sobre la soberanía de Dios en el cumplimiento de sus propósitos, así como sobre la importancia de confiar en Dios, aunque eso ponga en riesgo nuestra propia vida.

Su historia también nos recuerda otra, la de alguien incluso superior a ella. Ester se arriesgó a dar su vida y su reino, pero Jesucristo voluntariamente entregó su reinado celestial y entregó su vida para salvar a los pecadores.

La historia de Ester es hermosa y su sacrificio es notorio, pero apunta a una obra mucho mayor y más hermosa, la extraordinaria obra redentoda del Señor Jesucristo.

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