Juan 3:16 Explicación de tal manera amó Dios al mundo

Juan 3:16 puede pasar fácilmente por nuestros pensamientos sin hacer realmente conciencia de su significado. Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar en lo que realmente significa? ¿Has contemplado la profundidad de las verdades contenidas en este versículo?

Y lo que es más importante, cómo vivimos en la realidad que presenta Juan 3:16: que Dios, que es amor, demostró activamente su amor a través de Jesucristo, su Hijo unigénito, y por medio de él ofreció la salvación a toda la humanidad.

Juan 3:16 «Porque de tal manera amó Dios al mundo» significa que el hombre estaba condenado a la perdición, pero agradó a Dios entregar a su Hijo en manos de los hombres para morir en su lugar y reconciliar todas las cosas en la muerte redendora de su hijo.

Juan 3:16 Explicación y contexto

En Juan 3:16 encontramos quizás una de las presentaciones más claras y preciosas del evangelio del Señor Jesús, en una conversación entre Jesús y un prestigioso líder religioso.

En el contexto del pasaje, podemos observar como un fariseo llamado Nicodemo del consejo de gobernantes judíos vino a Jesús de noche presumiblemente después de que muchos de sus colegas se encontraran en casa para no ser descubierto y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él (Juan 3:2).

Esta afirmación sugiere que Nicodemo conocía a Jesús, probablemente lo respetaba y reconocía como profeta de Dios, pero que a pesar de reconocer su palabras, no las entendía.

La respuesta del Señor Jesús fue: «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.» (Juan 3:3).

Nicodemo al escuchar esa declaración quedo desconcertado y en medio de la conversación le hizo tres preguntas más. Las respuestas del Señor fueron tan profundas que solamente son entendidas por aquellos que han nacido de nuevo.

¿Te imaginas lo confuso que debió ser para Nicodemo ésta declaración de Jesús? No me refiero sólo a la analogía de nacer de nuevo, sino también al hecho de entrar al reino de los cielos y a creer en el Hijo del Hombre como Señor y salvador.

Ese es el contexto de la declaración de Juan 3:16, en la respuesta a la tercera pregunta de Nicodemo (Juan 3:9), Jesús declaró que el pueblo Judío sentó las bases de las verdades que Jesús estaba presentando, y que él había venido para cumplir todo lo que decía la escritura para que todo aquel que en él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:15).

Inmediatamente después dijo: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» (Juan 3:16).

¿Qué significa porque de tal manera amó Dios al mundo?

Para que Nicodemo comprendiera el significado de las palabras de Jesús, se refirió a la serpiente de bronce que Moisés levantó en el desierto cuando los israelitas vagaban en el desierto vacilando entre la rebelión y el arrepentimiento (Números 21:4-9).

Tal y como se recoge en Números, un libro con el que Nicodemo estaría muy familiarizado, los israelitas eligieron la rebelión y fueron castigados por ello en forma de mordeduras de serpientes venenosas.

Para recibir sanidad, los israelitas tenían que mirar la serpiente de bronce en un poste. Mirar la serpiente en el poste era un acto de fe, y cuando miraban eran sanados por Dios. El pueblo de Israel en ese entonces reconoció que ésta era la única manera de salvarse de la muerte segura por el veneno de la serpiente.

Por tanto, el significado de tal manera amó Dios al mundo es que Dios entregó a su único Hijo para expiación de pecados, tal como la serpiente de bronce salvó de la muerte a todos los israelitas que fijaban su mirada en ella.

¿Qué significa Juan 3:16?

Juan 3:16 nos demuestra el increíble amor que tiene Dios por la humanidad, «que ha dado a su Hijo unigénito» es una representación de la obra más preciosa que ha hecho el Señor por el mundo entero.

En Cristo, el único Hijo de Dios podemos ver un amor tan intenso, tan sacrificado, tan incomprensible, que hace que todas las expresiones humanas parezcan frívolas en comparación.

El padre envió a su Hijo para que literalmente fuera colgado en un poste, como lo había sido la serpiente, y que su muerte y resurrección reconciliarían todas las cosas en Cristo Jesús (Colosenses 1:20), no las oraciones o las buenas obras, traerían la vida, la vida la trajó Cristo a través de su muerte.

Ahora, considerando todo lo que Jesús sufrió, todo lo que Dios le vio sufrir, por ti y por mí, evalúa de nuevo el comienzo de Juan 3:16, «Así amó Dios al mundo» y a todos los que están en él «Dio a su único Hijo».

Con su muerte, Cristo reveló cómo es el amor puro e insondable del Padre por nosotros. Por medio de la Cruz, Dios demostró la profundidad de su amor, pues «siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8).

¿Qué significa para que todo aquel que en él cree, no se pierda mas tenga vida eterna?

La santidad de Dios fue ofendida por la rebelión del hombre, por el pecado de Adán y Eva. En aquella rebelión el pecado y la muerte entraron al hombre y por tanto, el Padre fue ofendido porque el hombre prefirió más las tinieblas que la luz, por tanto, la deuda que tenía el hombre con Dios necesitaba ser pagada.

En ese plan perfecto, para reconciliar todas las cosas, Dios envió a su único Hijo, Jesucristo, que voluntariamente bajó de su trono eterno y vivió una vida perfectamente justa y libre de pecado para poder ser el cordero perfecto para el sacrificio redentor (Hebreos 9:22).

Los seres humanos a los que vino a salvar lo asesinaron para que pudiera ser un sacrificio por ellos, aunque no lo supieran. Por ello, todo aquel que crea e invoque el nombre del Señor es salvó (Romanos 10:13) y no morirá, sino que vivirá por siempre con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Reflexión final sobre de tal manera amó Dios al mundo

Podemos reflexionar que para alcanzar la salvación es necesario nacer de nuevo, y ese nacer de nuevo significa que como hijos de Dios debemos tener una nueva vida, una vida en la que ya no vivimos nosotros, sino que lo que vivimos en la carne lo vivimos en la fe del hijo de Dios (Gálatas 2:20).

Esto quiere decir que aunque la salvación, el don gratuito de Dios que es la vida eterna la recibimos por la fe, también nosotros debemos ser transformados a la imagen de su Hijo y procurar vivir una vida de servicio al Señor.

Esto quiere decir que la vida de cada creyente debe estar escondida en Cristo (Colosenses 3:3), y que por tanto, nuestra antigua vida debe quedar en el pasado para hacer nuevas todas las cosas, para demostrar que realmente valoramos la salvación tan grande que hizo el Señor Jesucristo por nosotros.

Hola! 😃 Gracia y Paz del Señor.

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