¿Quién fue Hulda en la Biblia?

Aunque Hulda no tiene la fama de mujeres como Raquel o Rebeca entre los creyentes, es una mujer que tuvo una importante participación durante uno de los reyes de Israel.

En el presente artículo vamos a estudiar la vida de Hulda y estudiaremos todo lo que dice la Biblia acerca de ella, así que, acompáñanos en la lectura para resolver todas tus preguntas sobre este personaje del Antiguo Testamento.

Hulda fue una profetisa que demostró un carácter piadoso delante del Señor en la época en que los reyes y profetas de Israel se habían desviado del Señor. Fue mujer de Salum y vivió en Jerusalén, «en la segunda parte» de la ciudad, o en la “ciudad baja”.

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¿Qué significa el nombre Hulda?

Hulda fue una profetisa y su nombre se menciona solo dos veces en la biblia, en el segundo libro de los Reyes y en el segundo libro de Crónicas.

El significado del nombre hulda es incierto, sin embargo, algunos estudiosos de la biblia sugieren del original hebreo «חֻלְדָּה» o Chuldah que el significado es «comadreja» (un animal pequeño).

Es interesante notar que la biblia informa poco sobre mujeres con posiciones proféticas, de hecho, solo se mencionan dos mujeres en el Antiguo Testamento, Hulda y la jueza Débora.

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La historia de la profetisa Hulda

Hulda vivió en la época de los reyes de Israel y fue usada por el Señor en el reinado del rey Josías.

Como ya se dijo, Hulda fue la esposa de Salum, un hombre distinguido de familia noble, responsable de la custodia de las prendas, ya sea del Templo (mantenimiento de las prendas sacerdotales) o de la corte de Josías (sastre de las prendas reales). No es posible determinar exactamente cuál de las dos opciones es la correcta.

Es poco lo que podemos encontrar sobre la biografía de Hulda más allá de lo que encontramos en los pasajes que se menciona en 2 Reyes 22:14 y 2 Crónicas 34:22.

Sin embargo, hay algunos detalles interesantes que podemos encontrar, como su lugar de residencia, la Biblia dice que vivía en la ciudad baja de Jerusalén.

Aunque la ubicación exacta del lugar es incierta, lo más probable es que fuera el segundo barrio de Jerusalén (Sofonías 1:10; Nehemías 11:9), es decir, la segunda fila de edificios desde el palacio real.

Algunas tradiciones sobre Hulda

Existe una tradición entre los judíos de que Hulda profetizó entre las mujeres, las damas de la corte, pero la Biblia no dice nada al respecto.

Lo cierto es que Hulda fue contemporánea de los profetas Jeremías y Sofonías y algunos intérpretes sugieren la posibilidad de que el marido de Hulda, Salum, fuera el tío de Jeremías.

La Biblia cita entre 12 y 15 personas con este nombre en el Antiguo Testamento, siendo el tio del profeta Jeremías uno de ellos, sin embargo, no es posible determinar con certeza si éste era realmente el marido de Hulda (Jeremías 32:7; 35:4; 52:24).

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El rey Josías consulta a Hulda

La Biblia presenta a Hulda siendo consultada por los sacerdote Hilcías y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías, hombres que apoyaban el reinado de Josías, los cuales se preocuparon en gran manera después de haber leído el Libro de la Ley descubierto en la Casa del Señor por Hilcías (2 Reyes 22:8).

Josías había introducido reformas religiosas y estaba comprometido con la restauración del Templo. Aunque realmente ignoraba el lamentable estado de idolatría que dominaba al pueblo entero. Sin embargo, cuando le leyeron el libro encontrado de la ley, entendió la gravedad de la situación.

Al oír el libro (2 Reyes 22:10), Josías tuvo temor del Señor, rasgo sus vestidos (2 Reyes 22:11) y fue consciente del estado de desobediencia en el que había caminado el pueblo desde años atrás y ordenó inmediatamente consultar al Señor.

Josías decidió consultar a un profeta, porque sabía que la nación merecía ser golpeada por las maldiciones divinas, pero no sabía exactamente cómo se aplicaban esas maldiciones a esa situación concreta. Para poder comprender plenamente la situación, necesitaba alguien que le diera una respuesta de parte del Señor. Es en este contexto que se consulta a Hulda.

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La profecía de Hulda

De la misma forma que Débora, Hulda fue buscada por los hombres enviador por Josías y se puede observar algo muy llamativo debido a que la actividad de profetisa en la época en que vivió era un oficio predominantemente para los hombres.

De hecho, no se puede explicar por qué se consultó a ella y no a otro profeta como Jeremías o Sofonías. Algunos estudiosos sugieren que esto se debió probablemente al lugar predominante de su marido en el palacio.

Aunque ese puede ser el motivo de consulta, nada supera la verdad de que, por encima de todo, Hulda fue la persona elegida por Dios para proclamar su voluntad en aquella ocasión. La respuesta del Señor por boca de Hulda (2 Crónicas 34:23-28), se divide básicamente en dos partes.

En la primera parte hay dos frases. La primera frase consiste en la advertencia de que Dios traería el mal sobre ese lugar, y sobre sus habitantes. El propio cronista explica que el mal se refiere a «todas las maldiciones que están escritas en el libro que se ha leído ante el rey de Judá» (2 Crónicas 34:24).

El texto continúa mostrando los cargos contra ese pueblo y en la segunda frase dice: «Ellos me han abandonado; han quemado incienso a otros dioses, y con todos sus ídolos han provocado mi furor. Por eso arde mi ira contra este lugar, y no se apagará.» (2 Crónicas 34:25).

A pesar de la terrible situación en contra de Jerusalén y Judá, la segunda parte de la profecía de Hulda tranquilizó al rey Josías (2 Crónicas 34:26-28). Las palabras de Hulda de parte del Señor a Josías fueron que debido a su sincero arrepentimiento y preocupación, no presenciaría el juicio sobre Judá, sino que moriría en paz (2 Reyes 22:20).

Entonces, la destrucción de Jerusalén no sería perdonada, pero el juicio contra el pueblo sería postergado a una generación futura.

Tan pronto como aquellos hombres trajeron las palabras del Señor pronunciadas a través de Hulda, Josías decidió renovar el pacto con el Señor (2 Crónicas 34:29-33).

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Conclusión sobre la vida de Hulda

Al estudiar quién era Hulda, nos damos cuenta que fue una mujer usada por Dios para desempeñar un papel importante en medio de su pueblo.

Hulda fue una mujer que no habló su propia opinión, sino que por el contrario, habló de parte del Señor.

Esa debe ser la actitud de los cristianos, cuando una persona o hermano en el Señor nos consulte alguna situación, debemos hablar lo que el Señor enseña en Su Santa Palabra y evitar dar consejos nuestros que realmente no ayudarán a quien lo necesita; así que evita dar consejos que no sean bíblicos.

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