Los diez mandamientos (Deuteronomio 4:13) hacen parte de la historia de la humanidad, desde pequeños en la clase de religión en los primeros años de la escuela es una de las primeras cosas que los profesores nos hacen aprender, sin embargo con el pasar del tiempo solemos olvidarlos.
La Biblia habla de los diez mandamientos como la ley de Dios, esta ley fue dada al pueblo de Israel a través de Moisés después de haberlos liberado de la esclavitud de Egipto. Esta ley fue dada con el objetivo de vivir una vida bendecida y en obediencia al Dios creador.
El registro de los 10 mandamientos en la Biblia se encuentra de manera prácticamente idéntica en dos partes, la primera en Éxodo 20:1-17 y la segunda en Deuteronomio 5:6-21.
Los diez mandamientos de la ley de Dios son:
- No tengas otros dioses además de mi. (Éxodo 20:3).
- No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. (Éxodo 20:4).
- No uses el nombre del Señor tu Dios en falso. (Éxodo 20:7).
- Acuérdate del sábado, para consagrarlo. (Éxodo 20:8).
- Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. (Éxodo 20:12).
- No mates. (Éxodo 20:13).
- No cometas adulterio. (Éxodo 20:14).
- No robes. (Éxodo 20:15).
- No des falso testimonio en contra de tu prójimo. (Éxodo 20:16).
- No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca. (Éxodo 20:17).
Contenido
¿Cuáles son los 10 mandamientos de la Biblia en orden?
¿Dónde fueron entregados los diez mandamientos?
La primera vez que Dios entrego los mandamientos al pueblo de Israel fue en el Monte Sinaí o también llamado monte Horeb (Éxodo 31:18, Deuteronomio 5:2), donde Moisés estuvo en la presencia de Dios durante 40 días y 40 noches recibiendo todas las indicaciones necesarias para gobernar el pueblo de Israel. Sin embargo, la Biblia relata que el pueblo de Israel se impaciento tanto por la tardanza de Moisés que decidieron crear y adorar un becerro de oro. Posteriormente al bajar Moisés del Monte y ver la idolatría del pueblo se enojo de tal manera que arrojó los diez mandamientos y los quebró. (Éxodo 32:19).
La segunda entrega de la ley de Dios o pacto sinaítico se presenta después de que Moisés vuelve al Monte Sinaí y recibe nuevamente las tablas del pacto escritas por el dedo de Dios después de estar nuevamente 40 días y 40 noches con Dios, pero esta vez sin comer pan, ni beber agua. (Éxodo 34:28).
Los diez mandamientos o también conocidos como las diez afirmaciones o el Decálogo, de las palabras griegas δέκα (diez) y λόγος (palabras) fueron entregadas por Dios dos veces en el monte Sinaí o monte Horeb.
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¿Cuándo fueron entregados los diez mandamientos?
El pueblo de Israel vivió sin ley durante mucho tiempo, de hecho desde Adán y Eva hasta patriarcas como Abraham, Isaac y Jacob no vivieron en el pacto de la ley de Dios sino en el Pacto de Dios con Abraham (Santiago 2:23).
A partir de los hijos de Jacob y debido a la gran hambruna que hubo en los días de José en Egipto (Génesis 47:13-31) el pueblo de Israel se trasladó a Egipto y vivió en aquel lugar durante 430 años (Éxodo 12:40) donde fueron esclavizados con dura servidumbre.
Los diez mandamientos de Dios fueron entregados al pueblo de Israel después de la liberación de Egipto por medio de Moisés tras haber cruzado el mar rojo y haber llegado al desierto de Sinaí.
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¿Cómo fueron entregados los diez mandamientos?
Dios entregó a Moisés dos veces los diez mandamientos, en ambas ocasiones lo hizo utilizando dos tablas alisadas de piedra en las que escribió con su propio dedo (Éxodo 34:1). De esta forma Dios sustituyo las tablas originales quebradas por la ira de Moisés y renovó el Pacto quebrantado por la idolatría del pueblo.
Las tablas de los diez mandamientos fueron guardadas en el arca del pacto o el arca de la alianza que contenía además, la vara de Aaron que retoñó y una urna de oro que contenía el Maná (Hebreos 9:4).
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¿Por qué Dios nos dio los 10 mandamientos?
Para responder esta pregunta primero debemos entender que Dios estableció esta ley en Moisés debido a que el hombre al inicio de la creación pecó. Adán pecó y como resultado de ese pecado había una deuda moral abierta contra Dios, el mundo a partir de la desobediencia de Adán entro en caos, pero como no había ley, el pecado no era tenido en cuenta.
Es decir, el pecado y la muerte reinó desde Adán hasta Moisés (Romanos 5:13-14), por lo cual el Dios por medio de Moisés quiso introducir una ley que permitiera al hombre reconciliarse con Dios y comportarse de una manera adecuada y digna en esta tierra.
Dios dio los diez mandamientos al pueblo de Israel para que tomaran conciencia de su maldad, conocieran el pecado y el juicio de Dios. De esta forma cada persona podía comparar sus valores contra la ley divina y saber así si estaban cumpliendo la ley de Dios. Toda desviación a este parámetro divino debía reconocerse como pecado (Romanos 7:7), de esta forma el ser humano podía identificar si estaba viviendo bajo la voluntad de Dios o por el contrario en desobediencia y rebeldía.
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¿Puede el hombre cumplir los diez mandamientos?
El hombre no esta capacitado para cumplir los 10 mandamientos, no lo estuvo en el Antiguo Testamento y no lo esta en el Nuevo Testamento.
Aunque un creyente ha nacido de nuevo hay una ley interna en nuestros miembros que hacen guerra contra nosotros que es la ley del pecado, los cuales son deseos caídos que nos hacen pecar y ¿por qué nos hacen pecar? porque nuestro cuerpo no ha sido glorificado, cuando seamos levantados de la tumba y nuestros cuerpos sean levantados entonces si desaparecerán esos deseos caídos.
La respuesta por tanto es definitivamente no, nadie puede cumplir los diez mandamientos, lo que el creyente tiene después de nacer de nuevo (Juan 3:7) con la morada del Espíritu Santo es una mejor capacidad para ir cumpliendo cada vez mejor lo que es la ley de Dios representada o resumida por los diez mandamientos, pero ningún ser humano que no sea Cristo Jesús cuando se encarnó ha podido cumplir ni cumplirá jamás los diez mandamientos (Romanos 7:14-25).