¿Por qué Raquel robó los ídolos de su padre Labán?

El Señor hizo al ser humano para que en todo tiempo lo adoremos a Él, sin embargo, nuestra naturaleza caída hace que en muchas ocasiones tengamos nuestros propios ídolos y adoremos en forma equivocada.

En el presente artículo estudiaremos cuales son las posibles causas por las cuales Raquel, la esposa de Jacob, robó los ídolos de su padre, debido a que se especula a motivos religiosos y también hay especulación sobre motivos hereditarios, así que acompáñanos en la lectura.

La Biblia no explica exactamente por qué Raquel robó los ídolos de su padre Labán. Estas imágenes de diversos tamaños podían señalar una protección especial, derechos de herencia, o una garantía de fidelidad para quien lo poseyera.

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¿Qué hizo Raquel con los ídolos de su padre?

Se puede observar que cuando la familia de Jacob huyó de las tierras de Labán, Raquel hurtó los ídolos domésticos de la casa de su padre (Génesis 31:19)

Los ídolos robados por Raquel se llamaban terafim. Estos ídolos eran reconocidos básicamente como los «dioses del hogar» o «dioses de la casa».

La posesión de estos ídolos era común en la cultura de varios pueblos de la antigüedad que los utilizaban en las prácticas de adivinación, espiritismo, culto, etc.

Pero además de este uso religioso y místico, en algunas culturas los ídolos domésticos también cumplían una función legal como objetos directamente asociados al derecho de herencia y al liderazgo de un clan.

Teniendo en cuenta todo este contexto, ¿es posible determinar por qué Raquel robó los ídolos a su padre Labán? La verdad es que, incluso con toda esta información, todavía no es posible afirmar con certeza la verdadera intención de Raquel al llevarse los ídolos de la casa de su padre.

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¿Raquel robó los ídolos de su padre para asegurarse una herencia?

La falta de detalles bíblicos sobre este episodio lleva a muchas personas a buscar información en fuentes y ciencias extrabíblicas para intentar determinar el verdadero motivo de por qué Raquel robó los ídolos de Labán.

Sin duda, materias como la arqueología, por ejemplo, son muy útiles para arrojar luz sobre las costumbres de los tiempos bíblicos y ayudar así a dar un poco de claridad al tema.

Así que, basándose en la información arqueológica, hoy en día muchos proponen afirmar que, con toda seguridad, Raquel robó los ídolos de su padre no por idolatría, sino para asegurarse de que su marido Jacob se convirtiera en el principal heredero y líder del clan de Labán tras su muerte.

De esta forma, la gente habla de que los ídolos robados por Raquel son simplemente «títulos de propiedad».

De hecho, la Biblia dice que Jacob fue engañado y explotado por Labán durante muchos años. Así que podría tener sentido pensar que, de alguna manera, a Raquel le preocupaba que su esposo tuviera derecho a las propiedades de su padre.

Sin embargo, ese tipo de suposición no es suficiente para resolver esta cuestión. Esto es así porque, en primer lugar, es cierto que las excavaciones arqueológicas realizadas en Mesopotamia, en la ciudad de Nuzi, han confirmado que la posesión de ídolos domésticos servía para asegurar los derechos de propiedad.

Pero en segundo lugar, los mismos códigos legales encontrados en Mesopotamia también indicaban que los derechos de propiedad no siempre se decidían exclusivamente por la simple posesión de los ídolos domésticos.

Esto significa que, aunque una persona tuviera la posesión de los ídolos domésticos, era posible que no tuviera garantizados sus derechos de propiedad, herencia o liderazgo del clan.

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¿Raquel robó los ídolos de su padre porque era idólatra?

Seguramente es un error pensar en los ídolos domésticos simplemente como «títulos de propiedad». Algunas personas piensan en estos objetos como si fueran escrituras o certificados emitidos por nuestros notarios hoy en día, pero no reconocen que el propósito principal de estas imágenes era religioso; después de todo, eran los «dioses de la casa».

Esto significa que el posible uso legal de estos ídolos en materia de propiedad no puede desligarse de su uso religioso. Gran parte de la finalidad legal de los ídolos domésticos se apoyaba en su finalidad religiosa.

Una persona podía ser reconocida como titular de derechos primarios sobre una propiedad por tener sobre su posesión a los dioses que supuestamente garantizaban protección, guía, fertilidad y prosperidad a la familia. Así que no sabemos hasta qué punto Raquel seguía apreciando este tipo de entendimiento cuando dejó Padan-Haran.

Además, no es posible garantizar que Raquel no acudiera a los ídolos de la casa con la intención de obtener en ellos protección y guía en su viaje. En aquella época, en Mesopotamia, era muy común que la gente llevara a los dioses de la casa en sus largos viajes.

Por otra parte, dado que los ídolos domésticos también se utilizaban para la práctica de la adivinación, no sería imposible que Raquel hubiera robado los ídolos de su padre para evitar que Labán recibiera supuestamente de estos ídolos información sobre la huida de su familia.

Así, incluso con el uso de los datos adicionales que aportan materias como la arqueología, algunos hechos bíblicos pueden seguir sin explicarse de forma exhaustiva, porque implican un contexto mucho más amplio.

Esto significa que, aunque la arqueología aporte pruebas de que Raquel pudo haber robado los ídolos de su padre con fines legales, esto no excluye totalmente la posibilidad de que también tuviera otras motivaciones esencialmente religiosas e idólatras.

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Conclusión sobre el robo de Raquel de los ídolos de Labán

Tal vez la conclusión más honesta sobre la actitud de Raquel al tomar los ídolos de Labán, es la que considera que Raquel era una mujer que todavía estaba desarrollando su fe y perfeccionando su carácter según los principios establecidos por Dios para la familia del pacto.

De hecho, siendo el propio Jacob nieto de Abraham e hijo de Isaac, el período en Paddan-Haran fue de mucho aprendizaje para él. Allí Dios moldeó su carácter, fortaleció su espíritu y lo preparó para el encuentro que marcaría definitivamente su vida en el vado de Jaboc, cuando su nombre fue cambiado por el de Israel.

Así que no podemos olvidar que Raquel, al igual que su hermana Lea, crecieron en un contexto pagano que adoptó el politeísmo; y ciertamente con el tiempo fueron transformadas e instruidas en la voluntad de Dios.

Incluso a la luz de este hecho, debemos admitir que en ninguna parte la Biblia hace ningún juicio moral sobre las dos hermanas. Incluso la narración bíblica que registra el robo de los ídolos por parte de Raquel no se propone contrastar el comportamiento de Raquel y Lea, una como idólatra y la otra como temerosa de Dios.

De hecho, más adelante el texto bíblico revela que otras personas de la familia de Jacob llevaban dioses extraños cuando salieron de Padan-Harán; y que estos dioses tuvieron que ser desechados antes de que la familia subiera a Betel (Génesis 35). Esto incluso refuerza el hecho de que había intenciones religiosas entre estas personas que desagradaban a Dios.

Un período de perfeccionamiento en Jacob y su familia

Así que, sea cual sea la verdadera motivación de Raquel al robar los ídolos de su padre, es innegable que su actitud mostraba una falta de confianza en Dios.

Si ella tomó los ídolos de Labán con alguna motivación religiosa, entonces estaba desviando la gloria que sólo pertenece a Dios y depositándola en dioses falsos que no podían hacer nada para proteger, guiar y bendecir a su familia. E incluso si ella tomó los ídolos de Labán con el propósito principal de asegurar los derechos de propiedad para Jacob, entonces no confió en que Dios cumpliría su promesa de herencia a la descendencia de Abraham.

Pero la buena noticia es que, a pesar de que Raquel y Lea crecieron en un contexto idolátrico bajo una religión extraña; y de que más tarde vivieron en un entorno familiar perturbado por la disputa por el amor del mismo marido tras el engaño de su codicioso padre, en sus inescrutables propósitos, Dios eligió a las dos hermanas para que fueran constructoras de la casa de Israel (Rut 4:11).

Te recomendamos el siguiente video acerca de cómo identificar un ídolo en nuestro corazón.

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