Un versículo bastante conocido por el pueblo del Señor es Gálatas 2:20, por ese motivo en el presente artículo vamos a estudiar su significado, el contexto en el que fue dicho y que cosas nos enseña, así que, acompáñanos en la lectura.
La epístola a los Gálatas es conocida como la «Declaración de Independencia» cristiana. De hecho, en Gálatas 5:1, el apóstol Pablo dice que Cristo nos liberó del yugo de esclavitud, por tanto, debemos entender que el creyente tiene una nueva posición en Cristo, una posición celestial y no terrenal, la cual debemos vivir.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí, significa que el creyente fue cruficicado con Cristo en la cruz y que su nueva vida ahora está en Cristo, quien debe gobernar todas sus acciones y decisiones.
Contenido
- 1 Gálatas 2:20 Explicación y contexto
- 2 ¿Qué significa Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo?
- 3 ¿Qué significa mas vive Cristo en mí?
- 4 ¿Qué significa lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios?
- 5 ¿Qué significa el cual me amó y se entregó por mí?
- 6 Reflexión final sobre Gálatas 2:20
Gálatas 2:20 Explicación y contexto
Para comprender Gálatas 2:20 debemos explicar primeramente que el Señor Jesucristo llama a sus discípulos a entregar su vida y seguirle, de hecho, el propio Señor dijo que el que quiera venir en pos de él, debe tomar su cruz y seguirlo (Lucas 9:22-24) y luego menciona que el que quiera ganar su vida en este mundo, la perdera, pero si perdemos la vida por seguirlo a él, la ganaremos.
El contexto en el que el Apóstol Pablo dijo estas palabras fue explicándole a los Gálatas la reprensión que hizo a Pedro y Bernabé en Antioquía por su actitud condenadora a los gentiles en una comida donde habían gentiles y judíos (Gálatas 2:11,13).
En aquel momento unos hombres judiós que fueron a Antioquía afirmaban tener la autoridad de Santiago, y enseñaban que los cristianos debían guardar las leyes judías relativas a la comida, la circuncisión y otros asuntos.
Su enseñanza era tan persuasiva que Pedro, Bernabé y la mayoría de los judíos dejaron de comer con los gentiles. Por lo que Pablo reprendió a Pedro públicamente por su incoherencia.
Los judíos como Pablo y Pedro se salvaron por la fe en Cristo, no por la obediencia a la ley. Qué inútil, entonces, volver a algo que no pudo salvarlos en primer lugar.
Para poner el argumento de otra manera: si los cristianos gentiles están equivocados por no guardar la ley, los cristianos judíos también deben estar equivocados por ser justificados aparte de la ley. Y como Cristo es el que los justifica, también él debe estar equivocado. Claramente, tal posibilidad es absurda. Más bien, el verdadero pecado es volver a guardar la ley después de haber sido justificado aparte de la ley.
En la práctica, esto significa que nuestro viejo yo, con sus pasiones y deseos, ha desaparecido. Ya no vivimos para esas cosas, sino para las cosas de Cristo. Él esta poniendo sus propios deseos en nosotros a medida que lo conocemos más profundamente (Salmo 25:14).
Ahora, como morada de Dios, él ha puesto su propio Espíritu en nosotros para guiarnos a toda la verdad, y para potenciar una vida justa alejada de la maldad de nuestra vida anterior. Es en ese contexto que el apóstol Pablo dijo:
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20
¿Qué significa Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo?
Pablo está hablando en este pasaje del hecho de que cuando Jesús murió, murió por los pecados de Pablo y por los de todo el mundo, tanto judíos como gentiles.
Pablo debía un gran castigo por su propio pecado, sin embargo, Jesús en la cruz del calvario los pagó por él. De esta forma, el pecado de Pablo fue imputado a Cristo, y la justicia de Cristo fue imputada a Pablo.
Esto, por supuesto, no fue sólo para Pablo, sino para todos los que creen en el nombre de Jesús y ponen su fe en él para salvarlos por su muerte en la cruz.
Esto quiere decir que, con la crucifixión de Jesús, todos los creyentes somos crucificados con él (Colosenses 2:14).
Pero ahora como hijos reconciliados con Dios, ya no debemos vivir nosotros con nuestros propios deseos carnales, sino, debemos vivir una nueva vida, una vida de transformación y regeneración en Cristo, aunque todavía estemos en la tierra en este cuerpo mortal, debemos vivir por la fe, debemos estar con él, habiendo muerto con él, y ahora vivir por él y para él.
«Cristo llevó en su cuerpo nuestros pecados a la cruz, para que nosotros, estando muertos a los pecados vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados» (1 Pedro 2:24), de esta forma, también fuimos muertos con Cristo en la cruz y la nueva vida del creyente esta escondida en Cristo (Colosenses 3:3).
¿Qué significa mas vive Cristo en mí?
Mas vive Cristo en mi significa que el Espíritu Santo ahora mora en el creyente, por lo tanto, para el apóstol y para cada creyente, Cristo debe ser la fuente de vida, por tanto, todas las acciones de los hijos de Dios deben ser gobernadas por Jesucristo.
Como lo menciona Albert Barnes en su comentario sobre Gálatas 2:20, Cristo era la fuente de toda la vida del apóstol. Por supuesto, esto no puede tomarse literalmente como que Cristo tenía una residencia en el apóstol, sino que debe significar que su gracia residía en él; que sus principios lo dominaban: y que derivaba toda su energía, y celo, y vida de su gracia.
Barnes dice que la unión entre el Señor Jesús y el discípulo era tan estrecha que podría decirse que el uno vivía en el otro. Así, los jugos de la vid están en cada rama, y hoja, y zarcillo, y viven en ellos y los animan; la energía vital del cerebro está en cada delicado nervio (por pequeño que sea) que se encuentra en cualquier parte del cuerpo humano. Cristo era en él como el principio vital. Toda su vida y energía se derivaban de él.
Por su parte John Gill en su comentario sobre Gálatas 2:20 menciona que para el Apóstol, Cristo no sólo fue el autor y el mantenedor de su vida espiritual, sino la vida misma; se formó en su alma, habitó en su corazón, se unió a él, fue uno con él, de donde brotaron todos los principios vitales y las acciones vitales, y fluyeron todas las comuniones y comodidades de una vida espiritual.
¿Qué significa lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios?
Esta realidad debe ser explicada en el sentido de que todo aquel que ha creído en Jesús como Señor y salvador ha muerto al pecado, así como Cristo murió por el creyente.
De esta forma, el creyente está muerto al reino de las tinieblas, y ya no es esclavo del pecado (Romanos 6:17) porque ha muerto a él. Por tanto, ahora el creyente tiene una nueva vida, una nueva vida en la que Cristo nos sostiene por la fe.
Esto quiere decir que la vida corporal del creyente en la tierra, la cual está rodeada de preocupaciones y ansiedades, ya no se debe vivir como antes, sino que todas las cosas deben vivirse en los principios de la fe en Jesús y según su manual de vida, la Biblia.
¿Qué significa el cual me amó y se entregó por mí?
«En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros» (1 Juan 3:16). Cristo es nuestro ejemplo de lo que significa amar hasta dar la vida. Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo unigénito para salvarnos de la condenación eterna (Juan 3:16).
El cual me amó y se entregó por mí significa por tanto, que el amor del Señor Jesucristo es tan grande por nosotros que se entregó como ofrenda y sacrificio por el pecado, y lo hizo libremente y de manera voluntaria; y eso es una gran prueba del amor de Dios por nosotros.
Reflexión final sobre Gálatas 2:20
Como dice Henry Morris, en sus comentarios sobre Gálatas 2:20, dice que aquí está el gran secreto de una vida cristiana que honra a Cristo. Como escribió Pablo a los romanos, «consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.» (Romanos 6:11).
Cristo vive en nosotros por su Espíritu (Juan 14:16,17,23). Dado que él está continuamente presente en y con el creyente, conoce todo lo que decimos y hacemos, escucha nuestras oraciones y guía nuestros pasos mientras seguimos su voluntad.
Esto nos lleva a concluir que el cristiano no debe vivir para satisfacer sus propios deseos y deleites, sino que en su nueva vida, debe someter todos sus pensamientos, proyectos, negocios, ideas, estudios a la obediencia de Cristo (2 Corintios 10:5) y vivir en su carne conforme a la voluntad de Dios.
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