¿Qué era el Lugar Santo según la Biblia?

El Señor ha revelado Su palabra de forma progresiva a Su pueblo, el cual ha caminado por la fe a lo largo de toda la historia. En esa revelación progresiva, podemos encontrar un lugar muy importante en el tabernáculo de Reunión, el Lugar Santo.

La palabra del Señor en el Nuevo Testamento dice muy claramente que el Antiguo Testamento es figura y sombra de las cosas celestiales y del nuevo Pacto en Cristo. Es decir, que el Lugar Santo tiene un significado vigente, por tanto acompáñanos a descubrirlo en este artículo.

El Lugar Santo era una de las salas que formaban el Santuario, el cual estaba dividido en dos partes: el Lugar Santo y el lugar Santísimo. Los sacerdotes entraban todos los días en el Lugar Santo para cumplir sus deberes relacionados con el culto a Dios.

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¿Qué había en el lugar santo del tabernáculo?

El Lugar Santo albergaba la mayor parte del mobiliario del Tabernáculo. En ella estaban la mesa de los panes de la proposición, el candelero de oro y el altar del incienso, a continuación veamos con más detalle los utensilios.

1. La mesa de los panes de la proposición: Era una mesa hecha de madera de acacia y recubierta de oro (Éxodo 25:23-30).

Los doce panes representaban a las doce tribus de Israel, los cuales estaban constantemente sobre la mesa. Los panes eran reemplazados cada sábado. La mesa del pan de la proposición estaba a la derecha de los que entraban en el Lugar Santo.

2. El candelero de oro: estaba formado por seis brazos y una caña central, cada uno con una lámpara (25:31-40; 37:17-24).

Las lámparas tenían forma de cuencos poco profundos en los que se colocaba el aceite que alimentaba las llamas de las mechas. El candelero de oro estaba frente a la mesa del pan de la proposición, a la izquierda de los que entraban en el Lugar Santo (Éxodo 40:24).

3. El altar del incienso: era un altar mucho más pequeño que el altar del holocausto que estaba en el atrio. En el altar del incienso, como su nombre indica, se quemaba incienso. El altar estaba de cara a la persona que entraba en el Lugar Santo, frente al velo que separaba esa sala del Lugar Santísimo. Probablemente debido a su función en el Día de la Expiación, el altar del incienso también fue contactado como perteneciente al Lugar Santísimo (1 Reyes 6:22; Hebreos 9:4).

Más tarde, cuando se construyó el Templo en Jerusalén, también se construyó el Lugar Santo y básicamente sirvió para el mismo propósito que en la época del Tabernáculo móvil.

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¿Qué forma tenía el lugar Santo?

Mientras que el Lugar Santísimo era una sala cuadrada, el Lugar Santo era rectangular, con una longitud dos veces mayor que su anchura.

Lo que separaba el Lugar Santo del Santísimo era una cortina de lino fino con dibujos de querubines. En las traducciones de la Biblia en español, esta cortina suele llamarse «velo».

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¿Qué se hacía en el Lugar Santo?

El Lugar Santo era el lugar de servicio de los sacerdotes y de adoración a Dios. Solo los sacerdotes podían entrar en el Lugar Santo.

El acceso de los israelitas estaba restringido solo al atrio o patio. A la entrada del Lugar Santo había otro velo que cerraba su entrada y lo separaba del atrio.

Así, los fieles israelitas entraban en el atrio para orar y ofrecer sacrificios a Dios en el altar de los holocaustos por medio de los sacerdotes. El trabajo de los sacerdotes, después de pasar por el altar del holocausto y la fuente de bronce o lavacro, era llevar las peticiones del pueblo a Dios a través de los sacrificios y las ofrendas al Lugar Santo.

Los sacerdotes también debían entrar diariamente en el Lugar Santo para realizar los servicios sagrados. Los sacerdotes debían preparar, suministrar y mantener encendidas las lámparas del candelero (Éxodo 27:21; 30:7; Levítico 24:4).

También debían quemar incienso dos veces al día, por la mañana y por la tarde, en el altar que estaba en el Lugar Santo (Éxodo 30:7,8). Los sábados, los sacerdotes debían reponer el pan de la mesa de la proposición.

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La transformación del Lugar Santo en Cristo

El escritor de Hebreos interpreta que con todo esto, el Espíritu Santo insinuaba que el camino del Lugar Santo aún no se había manifestado mientras el primer Tabernáculo todavía estaba erigido (Hebreos 9:8).

En otras palabras, el Tabernáculo terrenal no ofrecía permanentemente la posibilidad de un acercamiento libre a Dios.

El Tabernáculo terrenal, con el Lugar Santo y el Lugar Santísimo, no podía servir para el cumplimiento de la promesa de la Nueva Alianza: «Conoce al Señor!, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán.» (Hebreos 8:11; Jeremías 31:31-34).

Por eso, el escritor del Nuevo Testamento ve las ceremonias que tenían lugar en el Tabernáculo como una sombra y figura de las cosas celestiales en Cristo (Hebreos 8:5).

Jesucristo es el Sumo Sacerdote que, de una vez por todas, se ofreció como sacrificio expiatorio por los pecados de su pueblo.

Él es la Luz del mundo, reflejada también a través de la Iglesia, que el candelero prefiguraba (Juan 8,12; Mateo 5,14); Él es el Pan de vida que la mesa de los panes de la proposición anunciaba (Juan 6,35.58); Él es también el que intercede por nosotros y hace que nuestras oraciones lleguen como incienso ante el trono de Dios (Apocalipsis 5:8; 8:3).

¿Qué representa el Lugar Santo en la actualidad?

El Lugar Santo con todo su mobiliario señalaba la persona de Cristo y su obra. En efecto, el Lugar Santo tenía una importancia singular en el culto del Antiguo Testamento, pero todo era transitorio. No todos los fieles podían entrar en el Lugar Santo; dependían de la representación de los sacerdotes.

Los sacerdotes, por otro lado, aunque tenían el privilegio de servir al Señor en el Lugar Santo, no se les permitía ir más allá del segundo velo y entrar en el lugar más sagrado del Santuario donde estaba el Arca del Pacto en el Lugar Santísimo.

Este privilegio solo pertenecía al sumo sacerdote y solo una vez al año con un sacrificio expiatorio. Además, todo el servicio realizado por los sacerdotes debía repetirse día tras día.

Hoy en día el Lugar Santo representa nuestra alma, el Atrio representa nuestro cuerpo y el Lugar Santísimo representa nuestro espíritu. De la misma forma como en 1 Tesalonicenses 5:23 dice que nosotros somos Cuerpo, Alma y Espíritu y que ahora los creyentes somos el templo de Dios (1 Corintios 3:16).

A continuación, te recomendamos el siguiente video, el cual es un reccorrido por el Tabernáculo de reunión y todas sus partes.

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