ᐅ ✔️ ¿Quién fue Aristarco en la Biblia?

¿Conoces la historia de Aristarco en la Biblia? ¿Sabes quién fue este hombre y el fiel servicio que ofreció a lo largo de su vida por la obra gloriosa del Señor? Si quieres conocer a este personaje del Nuevo Testamento, sigue leyendo este artículo.

Aristarco fue un cristiano contemporáneo de los apóstoles en la época de la iglesia primitiva. Aristarco es citado en la Biblia en varios de los libros del Nuevo Testamento como por ejemplo: Hechos 19:29; 20:2-6; 27:2; Colosenses 4:10,11; Filemón 1:24.

Las Sagradas Escrituras mencionan a Aristarco como oriundo de macedonio y que tenía como lugar de residencia la ciudad de Tesalónica. Ciudad que en aquella época, era una de las más importantes del mundo grecorromano.

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Contenido

1 Historia de Aristarco en la Biblia
2 Aristarco y los viajes misioneros de Pablo
3 Aristarco en Roma
4 Conclusión sobre la vida y obra de Aristarco

Historia de Aristarco en la Biblia

Aristarco es mencionado en la Biblia como uno de los grandes amigos del apóstol Pablo durante la obra de su ministerio.

Al igual que Epafras, por ejemplo, Aristarco parece no haber abandonado a Pablo en sus necesidades y encarcelamiento (Colosenses 4:10); a diferencia de Demas, que fue uno de sus colaboradores que, en su momento, acabó prefiriendo el siglo presente y el amor a este mundo que las cosas del Señor (2 Timoteo 4:10).

Muchos estudiosos de la Biblia creen que Aristarco era de origen judío, esto se debe porque es mencionado entre los únicos de «la circuncisión» que colaboraban con Pablo por la causa del Reino de Dios junto con Jesús llamado el justo (Colosenses 4:10-11).

Aristarco y los viajes misioneros de Pablo

El evangelista Lucas, en el libro Hechos de los Apóstoles del Nuevo Testamento, recoge que Aristarco participó en el tercer viaje misionero del apóstol Pablo.

Lucas el médico, en el libro de Hechos de los apóstoles, informa que Aristarco fue uno de los acompañantes del apóstol Pablo en su tercer viaje misionero.

De este modo, Aristarco por ejemplo estuvo presente en el incidente que tuvo lugar en la ciudad de Éfeso. En aquel momento, los artesanos adinerados de la ciudad arrastraron a Pablo, a Aristarco y a los otros misioneros al teatro con la intención de matarlos porque estaban enfadados por la predicación del Evangelio que amenazaba sus negocios en aquella ciudad (Hechos 19:29).

A continuación, Aristarco acompañó a Pablo desde Macedonia hasta Grecia. Entonces Aristarco, Timoteo, Tíquico y otros hermanos se embarcaron hacia el puerto de Troas, donde esperaron a Pablo, que había pasado por Filipos (Hechos 20:1-6).

En este contexto, Aristarco fue uno de los que estuvo presente cuando el poder de Dios resucitó al joven Eutico, que se había caído de una ventana mientras el apóstol Pablo estaba predicando.

Aristarco en Roma

La Biblia dice que Aristarco también acompañó a Pablo en su viaje a Roma para ser juzgado (Hechos 27:2).

Así, Aristarco estaba obviamente con Pablo cuando el barco en el que estaba naufragó. Cuando Pablo escribió su carta a los creyentes colosenses, Aristarco estaba encarcelado o acompañándo al apóstol en la carcel (Colosenses 4:10).

Biblicamente es poca la información adicional sobre este precioso colaborador de la obra del Señor y compañero de Pablo en las misiones.

Una antigua tradición cristiana afirma que acabó siendo asesinado como mártir durante la persecución del emperador Nerón.

Si esto es correcto, entonces Aristarco fue uno más de los muchos cristianos que murieron durante la persecución que mató incluso al apóstol Pablo y también al apóstol Pedro en la segunda mitad de los años 60 d.C.

Conclusión sobre la vida y obra de Aristarco

Podemos ver por la Palabra de Dios, que Aristarco fue un hombre fiel, leal y entregado al Señor, fue un amigo precioso del apóstol Pablo que lo acompañó en los momentos más díficiles, cosa que hicieron muy pocos.

Tal fue el amor y entrega de Aristarco al Señor Jesús, que hoy en día es un ejemplo para nuestro cristianismo actual.

En su compromiso con la obra de Dios, Aristarco no tuvo temor de arriesgar su vida y renunciar a la comodidad de su casa y ciudad para estar al lado de los que pasaban sus días asegurándose de que el Evangelio de Cristo fuera predicado en todo el mundo.