¿Qué significa venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados?

Podemos buscar la paz y el descanso en muchos lugares, en la fama, en el dinero, en los amigos, en la familia, en el trabajo, en la educación, en los viajes y en muchas otras cosas, pero nada de esto nos da el verdadero descanso.

La Biblia habla que apartados de Jesús, nada podemos hacer (Juan 15:5), es decir, que hay una necesidad que solamente él puede resolver. Todas las demás cosas pasan, pero Jesús es eterno. Así que, ese cansancio y esas cargas que van más allá de lo físico, el Señor quiere tomarlas. Es por eso que en este atículo estudiaremos que significa venid a mí todos los que están cansados y cargados.

Esta afirmación significa una invitación del Señor Jesús para todo hombre, a que se acerque al Señor y crea en Él. Nadie más que el Salvador es capaz de aliviar y dar descanso al que está cansado, agobiado y cargado de todos sus problemas y preocupaciones.

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Mateo 11:28 Explicación

El Evangelio de Mateo no dice exactamente cuándo fue que Jesús dijo estas maravillosas palabras.

Pero a la luz de otras partes del Nuevo Testamento, es posible que Jesús hiciera esta invitación en el contexto cuando envió a setenta discípulos a recorrer todas las ciudades y lugares por los que iban a pasar (Lucas 10:1-22).

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De esta forma, sea que lo dijo en el contexto del regreso de los setenta discípulos o no él, Jesús dijo: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados» lo cual es una invitación pertinente en cualquier época y a todas las personas que se encuentren en esa condición.

Y añade una dulce promesa, «y yo les daré descanso», lo cual también sigue siendo continuamente válido independientemente de la situación o circunstancia en la que se encuentren las personas.

¿Que significa venid a Jesús?

Jesús comienza su invitación diciendo: «Venid a mí». Esta expresión traduce una palabra que significa literalmente «ven aquí». En otras palabras, Jesús dice literalmente: «Ven a mí».

Pero, ¿qué significa venir a Jesús? ¿Cómo puede el pecador acudir a Él?

En otros pasajes, la Biblia no deja dudas sobre la importancia de acudir a Jesús. En Juan 14:6, por ejemplo, leemos: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí.» En otro texto también leemos: « Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos.» (Juan 10:9); o también: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.» (Juan 8:12).

Así que, ir a Jesús es una cuestión de vida eterna o muerte eterna. Pero en otra ocasión, el mismo Jesús explicó muy claramente lo que significa ir a él: «Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.» (Juan 6:35).

Venir a Jesús significa creer en Él, es decir, «venir a mí» equivale a «creer en él». Es dejar la pesada carga del pecado y entregarla a Jesús para ser una nueva criatura.

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¿Por qué Jesús invita a todos a él?

La invitación del Señor Jesús es para todo ser humano, es decir, el Señor no hace acepción de personas, sino que quiere que todos sean salvos y que vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4).

Así que, los que se acerquen a él, deben tener una fe genuina por la cual lo deben recibir como Señor y Salvador. Porque en esto no hay ningún mérito humano. La fe es un don del Espíritu Santo, ya que nadie puede confesar que Jesús es el Señor si no es por medio del Espíritu Santo (1 Corintios 12:3).

Alguien puede preguntar: ¿Por qué Jesús invita a alguien a venir a Él? ¿Tiene realmente autoridad para decir «vengan a mí»?

Antes de que Jesús hiciera la invitación: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.»; dijo: «Mi Padre me ha entregado todas las cosas…» (Mateo 11:27). Así que sí, Jesús tiene toda la autoridad para invitar a los hombres a venir a Él, y así lo hace, porque todas las cosas le pertenecen.

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¿Qué significa estar trabajado y cargado?

En la lectura del texto que estamos estudiando, podemos observar que Jesús no extiende la invitación «venid a mí» a la clase de gente fuerte, poderosa y calificada.

Por el contrario, la invitación del Señor es para los cansados, agobiados y oprimidos. Es a estas personas a las que se extiende esta maravillosa invitación. Pero, ¿quiénes son estas personas cansadas y oprimidas?

Evidentemente, Jesús no solo se refiere a los cansados y agobiados físicamente. Sino que Jesús tiene en mente un cansancio aún peor, el cual no se puede quitar con una buena noche de sueño; sino que es una carga tan pesada que no se puede aliviar con un tiempo de descanso.

Habla de un cansancio y de una sobrecarga que sólo se puede superar cuando se acude a Él; cuando se refugia en Él, es el cansancio por la carga del pecado que solo la salvación puede liberar.

Muchas personas que no conocen a Cristo, creen que pueden ser buenas haciendo buenas obras, sin embargo, la vida eterna no tiene ningún mérito humano, por tanto, las cargas resultan en una carga imposible de soportar; ya que ningún hombre es capaz de salvarse a sí mismo.

Por eso, la dulce invitación del Señor Jesús sigue siendo actual. Independientemente de la edad, siempre habrá alguien cansado y oprimido que, al oír al Salvador decir: «Venid a mí», por medio de la fe, comprenderá que la verdadera seguridad, el pleno descanso y la dicha eterna sólo son posibles gracias a Él.

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Y yo les daré descanso

Los cansados y oprimidos que acuden a Jesús reciben de él la extraordinaria promesa: «Yo os haré descansar». La frase: «Os daré descanso», también puede traducirse como: «Te daré descanso», o bien: «Te daré refresco».

Entonces, ¿qué tipo de alivio o descanso promete Jesús? La Biblia responde a esta pregunta diciendo que el que va a Jesús, el Pan de Vida, nunca tendrá hambre; el que bebe del agua que Él da nunca tendrá sed; y el que sigue a la Luz del mundo ha pasado de las tinieblas a la luz perpetua.

Jesús dice: «Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.» (Juan 6:37).

La promesa, «os daré descanso», significa nada menos que la plena paz con Dios; la seguridad de la salvación; la confianza de que por los méritos de Cristo podemos acercarnos con seguridad al trono de la gracia (Romanos 5:1; Hebreos 4:16).

Observe que este descanso, no es ganado por el hombre, sino que es dado por el Hijo de Dios, y sólo por Él. Los cansados y oprimidos que vienen a Cristo y reciben el verdadero descanso de Él ya no viven marcados por la incertidumbre, el miedo y la desesperación, sino que ahora sus vidas están marcadas por las virtudes del fruto del Espíritu.

Por eso el apóstol Pablo escribe que «si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!» (2 Corintios 5:17).

En conclusión «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar», no es otra cosa que la maravillosa invitación de Jesús a transformar la vida de todo pecador alcanzado por la gracia divina.

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