¿Qué significa: Llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres?

La palabra de Dios es muy clara al decir que la voluntad de Dios es la santificación de sus hijos (1 Tesalonicenses 4:3), por tanto, una de las tareas del creyente es avanzar diariamente en el conocimiento de Dios para consagrar su vida por completo a Cristo, quien lo rescató de un antiguo cautiverio.

Es justamente de la cautividad que vamos a tratar en el presente artículo, debido a que la Biblia declara que el Señor Jesús la llevó al cielo cuando ganó su batalla en la cruz del calvario. Así que acompáñanos en la lectura para descubrir el significado de llevó cautiva la cautividad.

Llevar cautiva la cautividad significa que cuando Cristo ascendió triunfalmente al cielo después de la resurrección, también llevó con Él a muchos cautivos que estaban en las partes más bajas de la tierra y dio regalos a los hombres gracias a su victoria.

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Efesios 4:8 Explicación

La Biblia dice que Jesús «llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres» (Efesios 4:8). Por tanto, para entender este versículo es muy importante entender el contexto del texto para comprender el correcto significado de esta afirmación.

Fue el apóstol Pablo quien escribió que el Señor Jesús llevó cautiva la cautividad. Y aplicó estas palabras al hablar del origen de los dones que se dan a los creyentes.

Esto ocurre incluso dentro de una sección práctica de la Carta a los Efesios en la que el apóstol subrayó la importancia de que los creyentes vivan según su vocación de hijos de Dios.

Entonces, a la luz de este contexto, Pablo habló del carácter fundamental de la unidad de la fe y del servicio de los creyentes como parte de esa unidad para la edificación del Cuerpo de Cristo.

Y en ese sentido, el apóstol señaló que Dios actúa en este mundo y en la Iglesia a través de personas; y que a estas personas se les da la gracia de ser instrumentos de Dios en la medida del don de Cristo (Efesios 4:6-7).

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¿En qué contexto se dijo llevó cautiva la cautividad?

Antes de que el Apóstol Pablo hiciera la declaración que estamos estudiando, explicó que cada uno de los hijos de Dios, recibe gracia conforme a la medida del don de Cristo y que esa gracia debe ser usada para el servicio al Señor.

En otras palabras, la idea es que aunque todos los creyentes están llamados al servicio, reciben diferentes habilidades y capacidades según la proporción que Cristo ha considerado oportuno que reciban.

Y luego el apóstol Pablo se extendió más, al abordar el tema del origen de los dones diciendo que cuando Cristo ascendió a lo alto, llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres (Efesios 4:8).

Pero al hablar de que Cristo subió a lo alto y llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres, Pablo estaba citando otro texto de la Escritura en el Antiguo Testamento.

El texto citado por el apóstol fue el Salmo 68:18 el cual dice:»Cuando tú, Dios y Señor, ascendiste a las alturas, te llevaste contigo a los cautivos; tomaste tributo de los hombres, aun de los rebeldes, para establecer tu morada».

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Subiendo a lo alto, llevaste cautiva la cautividad

El Salmo 68, citado por el apóstol Pablo, celebra la entronización de Dios en el Monte Santo tras su marcha triunfal de conquista sobre sus enemigos.

Obviamente, la cita de Pablo de este versículo no era literal, sino interpretativa. Pablo interpretó este salmo como una referencia a la ascensión de Jesucristo al cielo. Su objetivo era dejar claro a sus lectores que el mensaje del Salmo 68 encuentra su cumplimiento final en Cristo.

En la antigüedad, cuando un rey o guerrero regresaba victorioso de una campaña militar, traía consigo el botín de la batalla y a sus enemigos atados como prisioneros.

Así pues, con estos antecedentes en mente, al hablar de Cristo ascendiendo a lo alto, llevando cautiva la cautividad y dando dones a los hombres, Pablo se imaginó a Cristo regresando a la morada celestial victorioso de su batalla en la tierra llevando consigo los premios de su gran triunfo en el Calvario.

La expresión «llevó cautiva la cautividad» debe interpretarse dentro del contexto bíblico que presenta a los hombres como enemigos de Dios que viven bajo la maldición del pecado y no pueden escapar de la condena de la muerte.

Pero en su crucifixión y resurrección, Cristo venció a la muerte, al pecado y a las fuerzas espirituales de las tinieblas; y mediante su obra redentora consiguió la salvación de su pueblo, devolviendo a Dios a los que antes estaban prisioneros del pecado.

Esto significa que Cristo no regresó al cielo con las manos vacías después de haber descendido a las profundidades de la tierra en su proceso de humillación.

Más bien, regresó al cielo con todos los méritos de su sacrificio expiatorio. Regresó al Cielo triunfante, en plena posesión de la salvación de su pueblo; un pueblo que estaba, por así decirlo, presente en su marcha triunfal como cautivo en sus filas, como encadenado en su carro (Hendriksen W., 1968).

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Y dio dones a los hombres

Al igual que en la antigüedad el rey victorioso recibía regalos y distribuía el botín de la batalla por todo su reino, así el Cristo victorioso distribuyó los tributos de su victoria por todo su reino.

En efecto, la aplicación de este principio por parte de Pablo es tan profunda que parece haber considerado a los antiguos enemigos redimidos por el Señor, como dones que Cristo mismo distribuye a su Iglesia.

En otras palabras, a través de su obra redentora, el Cristo triunfante recibió a los cautivos que antes estaban encerrados bajo la condena del pecado, y los entregó como dones a su reino; o mejor dicho, distribuyó a estos cautivos como dones para la obra de su reino.

La idea aplicada aquí es que los dones que Cristo distribuye a su Iglesia son personas dotadas de habilidades y capacidades especiales para cumplir su propósito.

El propio apóstol Pablo fue un claro ejemplo de la implicación de la verdad de que Cristo ascendió al cielo, llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres.

Aunque anteriormente había sido un enemigo del Evangelio, Cristo lo rescató y le dio como «regalo» que, a través de su servicio en su carrera cristiana, sigue bendiciendo a la Iglesia hasta el día de hoy.

Te recomendamos el siguiente video para ver una perspectiva de como el Señor Jesús llevó a los cautivos a la presencia del Padre celestial.

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