Cuando leemos el libro de los Hechos de los apóstoles podemos encontrar la vida de la iglesia primitiva, una vida práctica donde cada uno de los creyentes en Cristo se esforzaban por amar al Señor y servirle sin reserva.
Es mejor dar que recibir significa que actuar con generosidad es una gran bendición. El cristiano que es generoso obedece el mandamiento del Señor Jesús y experimenta una fuente de felicidad igual o mayor que la bendición de recibir.
En la Biblia, fue el apóstol Pablo quien recordó esta enseñanza de Jesús. Al despedirse de los ancianos de la iglesia de Éfeso, Pablo les recomendó: «En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.» (Hechos 20:35).
✅ Dato importante: Curiosamente las palabras que dijo Pablo que enseñó el Señor Jesús, no se encuentran en ninguna parte de los Evangelios. Por lo tanto, este versículo aporta una cita directa de Jesús durante su ministerio terrenal fuera de los Evangelios.
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La enseñanza de Jesús comienza afirmando el carácter de bendición de la generosidad: «Más bienaventurado es dar que recibir» (Hechos 20:35). Este verso también se puede traducir por: «Hay más dicha en dar que en recibir»; o: «Hay mayor felicidad en dar que en recibir»; e incluso: «Es más bendito dar que recibir».
Evidentemente, todas estas traducciones subrayan claramente que la enseñanza de Jesús exalta la virtud de la generosidad al mismo tiempo que reprueba el egoísmo.
La persona egoísta es la que no ve ningún beneficio en compartir lo que tiene. Pero lo contrario de ser egoísta es ser altruista, desinteresado, generoso; es considerar las necesidades de los demás más importantes que las propias.
Es precisamente este tipo de actitud humilde la que los creyentes están invitados a demostrar. Al hacerlo, se muestran como imitadores de Cristo (Filipenses 2:5). En este sentido, es mejor dar que recibir, porque al ejercer la generosidad, los creyentes experimentan el mismo sentimiento que existía en Cristo, y repiten su ejemplo de humildad.
El Apóstol Pablo practicó la bendición de dar
A la luz del contexto en el que Pablo recuerda la enseñanza de Jesús de que es mejor dar que recibir, está claro que él mismo había puesto en práctica este mandamiento.
El apóstol había trabajado duro en su ministerio, no por avaricia, sino para suplir a los necesitados tanto material como espiritualmente (Hechos 20:33-35).
Pablo dijo: «En todo os he enseñado que, trabajando así», esto significa que el apóstol fue un ejemplo no solo en la vida espiritual, sino en la vida cotidiana, y suplió muchas veces las necesidades de los demás.
El Apóstol cuando tuvo la oportunidad, trabajó con sus manos para suplir sus necesidades y las necesidades de los miembros del rebaño enfermos y débiles, que no podían trabajar por sí mismos.
¿Es mejor dar o es mejor recibir según la Biblia?
Debemos entender que el principio de que es mejor dar que recibir no significa que los que dan sean más dichosos que los que reciben. Algunos comentaristas sugieren la lógica de que si una persona es capaz de dar es porque es más bendecida que la persona que recibe la bendición.
Sin embargo, debemos analizar con mayor profundidad el principio que quieren enseñar las palabras de Jesús recordadas por el apóstol Pablo.
Lo que Jesús nos enseña con estas palabras es que la bendición no consiste en acumular más y más riquezas o posesiones materiales para nosotros mismos, sino que la bendición consiste en compartir lo que tenemos con los demás, empezando por nuestros hermanos en Cristo (Gálatas 6:10).
En este sentido, la parábola del hombre rico nos aclara la bendición de dar. En ella, Jesús reprendió la actitud egoísta del hombre que solo pensó en sí mismo y buscó acumular más riquezas para sí, para su propia satisfacción (Lucas 12:16-21).
Por eso, cuando alguien comparte lo que tiene con el necesitado, tanto el que da como el que recibe son realmente bendecidos. De hecho, el apóstol Pablo afirmó este principio de la bendición de dar y la igualó con la de recibir diciendo: «El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos» (2 Corintios 8:15).
De esta forma podemos ver claramente que ambos, tanto el que da, como el que recibe son bendecidos por Dios, así el Señor lo que quiere es que el que tiene mucho comparta con el que tiene poco, para que se suplan las necesidades, se demuestre el amor en Cristo y haya igualdad (2 Corintios 8:14)
¿Dijo realmente Jesús que es mejor dar que recibir?
Algunos críticos se preguntan si Jesús realmente dijo que es mejor dar que recibir, ya que hay proverbios en otras culturas que hacen afirmaciones similares.
Pero, sin duda, el hecho de que este dicho de Jesús no esté registrado en los Evangelios no significa que no sea una enseñanza genuina de nuestro Señor. Probablemente esta enseñanza formaba parte de la tradición oral que conservaban y transmitían los que vivían con Jesús durante su ministerio.
Así que cuando es recordado por Pablo y registrado por Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles, esta enseñanza debe ser recibida como una genuina enseñanza de Jesús a sus seguidores.
Además, los Evangelios recogen otras enseñanzas de Jesús que armonizan perfectamente con el principio que es mejor dar que recibir tal como lo mencionamos con la parábola del rico necio.
Este es un dicho precioso de nuestro Señor Jesucristo; y como dice Barnes en su comentario, parece tener un valor especial por el hecho de que no está registrado en las historias regulares y profesas de su vida. El cual nos llega recuperado, por así decirlo, de la gran masa de sus dichos no registrados (Juan 21:25); rescatado de ese olvido al que se precipitaba si se dejaba a la mera tradición, y colocado en forma permanente en las Sagradas Escrituras por el acto de un apóstol que entregó su vida a la predicación de los gentiles.
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