¿Qué significa Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón?

Una de las declaraciones más importantes del Señor para sus seguidores fue «Aprended de mí», esta declaración es única a lo largo de toda la Biblia, en ninguna otra parte de la palabra de Dios encontramos una declaración en la que una persona diga aprendan de mí.

Del Señor Jesús debemos aprender todo lo que hizo en su vida, Él es aquel que obedeció al Padre en todo, Él es el gran ejemplo que puso el Padre para que nosotros lo imitásemos, por tanto, en este artículo vamos a estudiar que significa aprended de mí que soy manso y humilde de corazón.

La afirmación Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón significa que Jesús quiere que las personas en un acto de fe, toman su yugo sobre sí; es decir, se conviertan en sus discípulos (Mateo 11:29) y sigan sus pasos y lo imiten en toda buena obra.

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Explicación aprended de mí que soy manso y humilde de corazón

Probablemente, Jesús pronunció estas palabras después de haber recibido a los setenta discípulos que había enviado en misión evangelizadora (Lucas 10:1-22).

Pero antes de hacer esta invitación, Jesús ofreció una oración de agradecimiento al Padre por haber ocultado soberanamente a los sabios y a los entendidos las cuestiones relativas a la salvación; pero las reveló a los niños pequeños (Mateo 11:25-26).

Esta oración sirve de base para la invitación que sigue: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.» (Mateo 11:28-29).

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¿Qué significa llevad mi yugo sobre vosotros?

Cuando Jesús habló en su oración sobre los sabios y los entendidos a los que se les ocultaban las verdades de la salvación, obviamente estaba reprendiendo directamente a los líderes judíos que pretendían poseer todo un sistema de regulaciones que podían garantizar la vida eterna a través de la justicia propia.

Pero esta denominación puede extenderse a cualquier persona, en cualquier tiempo y lugar, que piense que puede salvarse por su extraordinaria sabiduría o su intelecto superior.

¿Cómo puede una persona así atender a la invitación: «aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón»?

La expresión «llevad mi yugo sobre vosotros» equivale a «volvernos discípulos de Jesús». Por eso esta invitación es atendida por los pequeños; a quienes Dios ha resuelto revelar el contenido sublime de la verdad del Mesías y de su Evangelio.

Pero debemos entender que el contraste aquí no es entre personas educadas y no educadas en general; sino entre aquellas personas que piensan que poseen su propio conocimiento del camino de la salvación a través de sus propios méritos, y aquellas personas que reconocen que son completamente dependientes de la gracia de Dios para la salvación.

Los pequeños no son los menos estudiados; pero son todos aquellos que, independientemente de su preparación intelectual, escuchan y atienden la llamada: «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón».

Por lo tanto, tomar sobre sí el yugo de Cristo y aprender de él significa literalmente convertirse en su discípulo; significa aceptar su enseñanza; significa comprender que la verdad del Evangelio revela la salvación a través de la confianza en Cristo solamente.

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Jesús es manso y humilde de corazón

Jesús no solo dice: «Aprended de mí», sino que dice porque debemos aprender de Él diciendo: «Soy manso y humilde de corazón». La palabra manso traduce un término griego que significa «suave», «apacible», «tranquilo» o «apacible». Las personas mansas, como dice el salmista, «se recrearán con abundancia de paz» (Salmo 37:11).

En la Biblia, la mansedumbre aparece como una cualidad indispensable para el cristiano. También está directamente relacionado con el acto de inclinarse o someterse humildemente a la voluntad del Señor. Junto con la mansedumbre está también la humildad. Una persona humilde es lo contrario de una persona altiva, arrogante y orgullosa.

Estas virtudes se manifiestan en el corazón e irradian en toda la persona del hombre. Por corazón, aquí, se entiende el centro del ser del hombre; donde está el control de todas sus emociones y pensamientos y tiene unión con su espíritu.

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¿Como puede un creyente ser manso y humilde de corazón?

Entonces, ¿cómo puede un creyente ser manso y humilde? El mismo Señor Jesús responde: «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón».

Él mismo, como Maestro y Señor, es el mayor ejemplo para sus discípulos. Él es pacífico y concede a los que están en él un verdadero descanso para sus almas. Sí, el verdadero descanso sólo lo puede dar Cristo y se encuentra en él.

Por eso, cuando alguien escucha y atiende de verdad la invitación: «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón», esa persona se une al apóstol Pablo cuando dice: «Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe» (Filipenses 3:7-9).

De esta forma, un creyente puede ser manso y humilde cuando no se deja gobernar por sus deseos carnales, sino que se somete a la voluntad de Dios y empieza a seguir los pasos de su maestro, aquel que fue humilde cuando lo humillaron, aquel que fue manso cuando lo injuriaron y aquel que fue obediente a la voluntad del Padre.

Descanso para vuestras almas

La única forma de hallar descanso para nuestra alma es a través de Jesucristo. El Señor dijo una declaración importante: «porque separados de mí nada podéis hacer» (Juan 15:5), esto implica que aunque tratemos de hacer muchas cosas, realmente sin el Señor no podremos hacer algo verdaderamente valioso.

Hoy en día, muchas personas en nuestra generación va a un ritmo vertiginoso, en donde no hay descanso. El deseo por salir adelante y prosperar es una ambición que tiene el mundo e incluso muchos creyentes en la actualidad y es un deseo carnal que debemos eliminar de nuestra vida.

Por eso el deseo del Señor Jesús es que llevemos sus cargas, la carga de expandir el evangelio a todos aquellos que están a nuestro alrededor, la carga de conocer a Dios y avanzar en nuestra fe, solo si ponemos a Cristo como prioridad en nuestra vida y dejamos en segundo plano nuestros deseos carnales podremos hallar un verdadero descanso para nuestra alma.

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Si quieres profundizar más sobre lo que significa ser manso y humilde de corazón, te recomendamos el siguiente video.

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