ᐅ ✔️ ¿Qué significa mi Yugo es fácil y ligera mi carga?

La idea de que una persona puede salvarse por sus propios obras o méritos resulta ser un yugo muy doloroso y una carga demasiado pesada para cualquiera, debido a que ninguna obra puede salvar a ningún hombre por más buena que sea.

Sin embargo, la buena noticia es que el Señor Jesús invita a todo pecador a tomar su yugo y a aprender de aquel que es manso y humilde de corazón. De este modo, Jesús garantiza que en él hay descanso para el alma oprimida y una veredadera reconciliación con Dios.

Mi yugo es fácil y ligera mi carga significa que llevar la carga del Evangelio de Cristo es fácil, y su implicación, es ligera. Jesús dijo estas palabras en contraste con la enseñanza judía que se basaba en un intento de salvación por obras.

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Mi yugo es fácil

El yugo es un instrumento de madera que se coloca sobre los hombros de una persona o sobre el lomo de un animal, para facilitar el transporte de una carga distribuyendo su peso uniformemente a ambos lados del cuerpo del portador.

Pero el yugo solo es eficaz en su función si la carga colocada en sus lados tiene un peso razonable. Si la carga es demasiado pesada, el yugo no resolverá el problema del usuario.

Además, el propio yugo debe tener un tamaño adecuado y ser cómodo. Un yugo que lastima los hombros del portador, o que es pesado en sí mismo, no es un buen yugo.

Jesús utiliza exactamente esta característica del uso del yugo para denunciar la práctica de los escribas y fariseos de su tiempo y señalar la naturaleza de su obra y mensaje.

Mateo 11-30 Qué significa mi Yugo es fácil y ligera mi carga

Esta ilustración era realmente perfecta. Esto se debe a que, como explica el teólogo del Nuevo Testamento William Hendriksen, en la literatura judía el yugo representaba la suma total de las obligaciones que una persona debía asumir según la enseñanza de los rabinos.

Entonces, debido a las particulares interpretaciones, alteraciones y adiciones de la Ley de Dios por parte de estos hombres, el yugo que impusieron sobre los hombros del pueblo consistió en un legalismo infundado.

Este legalismo enfatizaba la salvación meritoria a través de la obediencia rígida a una enorme colección de reglas y regulaciones.

Por ello, los escribas y fariseos, a través de sus tradiciones orales, quisieron ir más allá de los mandamientos divinos. Querían exigir más de lo que el mismo Señor requería, y ser más estrictos que la Ley de Dios. Su yugo era muy doloroso y su carga muy pesada.

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Ligera es mi carga

Es en oposición a todo esto que en Su invitación al pecador cansado y agobiado, el Señor Jesús lo invita a venir a Él y además le dice: «Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana» Sí, sólo Aquel que es manso y humilde de corazón es el que tiene un yugo suave y una carga ligera que ofrecer.

La Ley de Dios revela la voluntad divina y en ella, el pueblo de Dios encuentra la orientación necesaria sobre los principios morales inmutables del Señor. Pero la Ley no tiene la función de salvar. Si se ve como un medio de salvación, acaba resultando un «yugo de esclavitud» (Gálatas 5:1); pues nadie es capaz de cumplirlo plenamente.

Sin embargo, Cristo es el que cumplió la Ley de Dios de forma perfecta, definitiva y eficaz. Él posee la calificación necesaria para poder garantizar el descanso del alma de aquellos que toman Su yugo y llevan Su carga con ligereza.

La palabra «suave» traduce un término griego que indica algo útil, bueno y manejable. Por eso, al decir: «Mi yugo es suave», Jesús está diciendo que lo que invita a llevar al pecador es realmente agradable y fácil de llevar.

Sin embargo, en ese yugo suave, Cristo no pone una carga pesada, sino que su carga es ligera. El compromiso que Él requiere de nosotros no es opresivo, sino que es un compromiso de gratitud. El cumplimiento de este compromiso es placentero y ligero, pues no se fundamenta en nuestra propia justicia, sino en la de Cristo.

Lleva el yugo del Señor

El yugo es fácil y la carga es ligera porque la salvación que trae Cristo es sólo por gracia, sólo por la fe. El pecador redimido toma sobre sí el yugo fácil y lleva la carga ligera, no para tratar de salvarse, sino porque ya está salvado.

Cree en el Señor Jesús y obedece sus mandamientos como una respuesta agradecida que refleja su corazón regenerado.

Por eso, los que han nacido de nuevo nunca ven los mandamientos del Señor como algo pesado e incómodo (1 Juan 5:3). Han encontrado descanso para sus almas cansadas y oprimidas en el Señor Jesús; y saben muy bien cuán correcta y verdadera es esta promesa en la cual su yugo es fácil y su carga es liviana.

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