Dentro del extraordinario plan de Dios, la Biblia es muy clara al mencionar que en el fin de los tiempos, es necesario que se levante un hombre el cual gobierne el mundo entero y que someta a la humanidad de tal forma que sea alabado y adorado como un dios.
Este personaje es llamado en la Biblia de muchas formas y debido a que será un hombre perversó y que no tiene temor de nada, perseguirá al pueblo creyente en Dios y tratará de cambiar los tiempos y la ley.
El Anticristo o el hombre de pecado es la designación que la Biblia hace al hombre que gobernará la tierra en el fin de los tiempos por tres años y medio y que se sentará en el templo de Jerusalén como dios, es un hombre malvado e impío que exigirá adoración.
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El Anticristo en la Biblia
El Anticristo como lo presenta Pablo en 2 Tesalonicenses 2:3, es llamado también como el hombre de pecado, esta designación hace referencia directa a su carácter malvado, impío y rebelde.
En este sentido, al designar al Anticristo como «el hombre de pecado», el apóstol Pablo lo describe como un transgresor absoluto de la Ley de Dios.
De hecho, la expresión «hombre de pecado» o en otras traducciones «hombre de iniquidad» es una expresión que hace referencia a un hombre que será la personificación misma de la oposición a las ordenanzas de Dios.
El propio texto bíblico es muy claro en este sentido. Al consolar a los creyentes de tesalónica sobre la llegada del Día del Señor, el apóstol escribe que este día no llegará a menos que primero venga la apostasía.
«No se dejen engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza. Este se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios.» (2 Tesalonicenses 2:3-4).
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¿Será el Anticristo una persona real?
La Biblia dice que el espíritu del anticristo ya opera en el mundo. Esto significa que han surgido muchos anticristos a lo largo de la historia humana (1 Juan 2:18; 4:1-3).
Sin embargo, según el contexto de lo que habla el apóstol Pablo en 2 Tesalonisenses capítulo 2, sobre el hombre de pecado, podemos concluir que habrá un anticristo final que personificará en su nivel más alto este espíritu de maldad y oposición al Señor.
Así, mientras que todos los pecadores pueden ser designados como «hombres de pecado», a este personaje es el único que se le da el título de «el hombre de pecado».
Es cierto que algunos cristianos creen que el Anticristo no es más que una figura del poder anticristiano presente en el mundo, y que se intensificará en los momentos finales de la presente Era.
Pero la idea de que el Anticristo, el hombre de pecado, es una persona real es sin duda la interpretación que mejor se ajusta al texto bíblico. Además, ésta ha sido también la interpretación histórica dentro del cristianismo, estando presente en la Didaché (Enseñanza de los Doce Apóstoles) y siendo defendida, por ejemplo, por nombres como Justino Mártir (Diálogo con Trifón) y Agustín de Hipona (De Civitate Dei).
Por lo tanto, podemos incluso hablar de un «linaje de anticristos», ya que de hecho esta es una idea bíblica. La historia de la humanidad está marcada por personas de este tipo. Pero el hombre de pecado del que habla el apóstol Pablo es sin duda una persona escatológica, es decir, será una persona real que formará parte de los acontecimientos del final de los tiempos.
La identidad del Anticristo
Es inútil tratar de especular sobre la identidad del hombre de pecado, pues la Biblia simplemente no la revela.
Pero es importante afirmar que el hombre de pecado no debe ser identificado como el propio Satanás, como si fuera una especie de «encarnación» de él. Vendrá «según la eficacia de Satanás», pero no será el diablo encarnado.
Tampoco hay que identificarlo estrictamente con la bestia que sale del mar en el libro del Apocalipsis, aunque esté directamente relacionado con ella. La bestia que surge del mar en Apocalipsis 13 y 17 representa el poder anticristiano en sus múltiples manifestaciones a lo largo de la historia.
Tal vez, a lo sumo, se podría decir que el hombre de pecado será un tipo de manifestación final de esta bestia, ya que es él quien gobernará el sistema inicuo en su forma final y más blasfema.
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¿Cuándo aparecerá el hombre de pecado?
La Biblia dice claramente que el hombre de pecado se manifestará en relación con la apostasía que precederá al Día del Señor. Apostasía significa «abandono», «rebelión». En este contexto, la apostasía se refiere al desprecio, la negación y la rebelión contra Dios. El propio Señor Jesús habló de esta apostasía final (Mateo 24:10-13).
Por lo tanto, según el texto bíblico de Mateo 24 el hombre de pecado se levantará en el fin de los tiempos en lo que la Biblia llama «La gran tribulación» dominando el mundo por un período de 3 años y medio (2 Tesalonicenses 2:1-8).
Sin embargo, si bien es cierto que llegará el momento en que este hombre de pecado se manifeste, los creyentes no deben perder el tiempo especulando sobre su identidad o tratando de establecer una cronología exacta de su aparición. En cambio, los cristianos deben ser conscientes de los muchos anticristos que ya están presentes en el mundo propagando ideologías anticristianas.
¿Qué hará el hombre de pecado?
El Anticristo o el hombre de pecado o la bestia o el hombre de iniquidad o la abominación desoladora, porque la Biblia lo llama de diferentes formas realizará grandes prodigios, señales y milagros y engañará al mundo entero (Apocalipsis 12:9).
Además, su actuación estará marcada por el hecho de que hará oposición directa «contra todo lo que se llama Dios». Así que no solo será el adversario de Dios y de su pueblo, sino que tampoco tolerará ninguna idea religiosa dirigida a otros dioses.
La misma Biblia revela la razón de esto al decir que el hombre de pecado llegará a proclamarse Dios (2 Tesalonicenses 2:4).
Antíoco IV Epifanes, una figura del Anticristo
Sin duda en la época del imperio griego hubo una figura del Anticristo profetizada por el profeta Daniel en el Capítulo 8 de su libro en el Antiguo Testamento, el rey Antíoco IV Epifanes.
Durante su gobierno, entre 175 y 164 a.C., se propuso erradicar la religión de Israel. Profanó el Templo de Jerusalén sacrificando un cerdo y construyó un altar de Zeus en lugar del altar del sacrificio.
Pero aquí también podemos ver la diferencia entre él y el hombre de pecado. Antíoco, al igual que otros gobernantes de la antigüedad, exigía honores divinos. Pero siguió considerando a Zeus como su deidad.
El hombre de pecado, en cambio, será mucho más blasfemo y se proclamará como el único Dios. Exigirá que todo el culto se dé exclusivamente a sí mismo.
La buena noticia es que el malvado hombre de pecado sufrirá una derrota aplastante por parte de Cristo. El Señor Jesús lo matará «con el soplo de su boca» y «lo destruirá con el esplendor de su venida» (2 Tesalonicenses 2:8).
Si quieres profundizar sobre el anticristo y el fin de los tiempos, te recomendamos el siguiente video.
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