¿Qué significa Neófito en la Biblia?

Es muy probable que leyendo la primera carta del apóstol Pablo a Timoteo, te encuentres con una palabra que solamente es mencionada en la Biblia una vez, y esa es la palabra Neófito, así que sigue leyendo el artículo para descubrir su significado.

Alguien Neófito en la Biblia es aquella persona que se convirtió al cristianismo hace poco tiempo. Es decir, indica una persona que es principiante en la fe cristiana.

Entonces, un Neófito es aquella persona que recién ha llegado a los caminos del Señor. Por lo tanto, neófito se refiere a algo nuevo, recién admitido o incorporado, en esta ocasión, alguien que recién se ha incorporado al cuerpo de Cristo, Su iglesia.

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¿Qué significa la palabra Neófito?

La palabra «neófito» procede del griego neophutos que, a su vez, proviene de la unión de los términos griegos neo, que significa nuevo, y phytos, que es planta.

Así, el significado literar de la palabra griega neófito corresponde a «lo recién plantado».

Incluso con este sentido, la Septuaginta (traducción griega de la Biblia hebrea) utiliza esta palabra para indicar una nueva planta en su traducción del hebreo de algunos pasajes del Antiguo Testamento (Job 14:9; Salmos 128:3; 144:12; Isaías 5:7).

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¿En qué situación se usó la palabra neófito?

En el Nuevo Testamento, la palabra «neófito», como se dijo anteriormente sólo aparece una vez. Esta palabra es mencionada en el contexto de las características y atributos que debe tener un ministerio para trabajar en la obra del Señor (1 Timoteo 3:6).

En este texto, el apóstol Pablo explica que la persona que desea servir en la obra del Señor, es decir, ejercer un liderazgo en la iglesia local, desea una buena obra. Sin embargo, Pablo dice que esta persona debe cumplir varios requisitos para ejercer un cargo.

Una de estas condiciones es precisamente que el obispo no puede ser un neófito.

Según Pablo, el neófito no puede presidir o liderar la congregación porque podría envanecerse y caer en la condenación del diablo (1 Timoteo 3:6).

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¿Por qué un neófito no puede pastorear una iglesia local?

El neófito no puede dirigir una congregación local porque, obviamente, aún no ha madurado en la vida cristiana.

El recién convertido, es una persona que aún no tiene la madurez para guiar al pueblo del Señor a su edificación, poner un neófito a liderar la iglesia sería como poner un niño a conducir un barco, es decir, es algo que no tiene sentido.

El apóstol en el mismo contexto menciona que los hombres que desean gobernar la casa de Dios, deben ser personas irreprochables, maridos de una sola mujer, deben tener dominio propio, gobernar bien su casa, no ser codiciosos, entre otras cualidades (1 Timoteo 3:1-13).

¿Qué debe hacer un neófito en la Iglesia?

Varios pasajes del Nuevo Testamento utilizan metáforas agrícolas para hablar de la obra de Dios y de su pueblo.

Por ejemplo, el mismo apóstol Pablo, habló a los creyentes como «plantas» y de la Iglesia como «labranza de Dios» (1 Corintios 3:6-9).

Así que el neófito, como alguien recién plantado, debe crecer en el Señor permanentemente y alcanzar la madurez que se adquiere con el pasar del tiempo para en algún momento ejercer un obispado en la iglesia.

¿Cuál es el peligro de elegir un neófito como líder de una iglesia local?

Elegir a un neófito como líder de una iglesia local es algo muy peligroso que puede traer consecuencias nefastas para la congregación.

Según Pablo, un neófito puede ser cegado por el orgullo y el envanecimiento, y en consecuencia, caer en la condenación del diablo.

Esto no significa que Satanás pronuncie una sentencia de condena sobre todos los neófitos, sino que el neófito que presida, es decir, lidere reuniones de importancia en la iglesia se convierte en blanco fácil para el diablo.

Así que, para que esto no suceda en el seno de la Iglesia, nunca se debe elegir a un neófito para el obispado.

Conclusión sobre un neófito en la iglesia

En los libros del Nuevo Testamento no hay constancia alguna de que un recién convertido sea colocado como líder de una iglesia local.

De hecho, la Biblia dice en hebreos 6:1-2 que un recién convertido debe aprender los rudimentos de la palabra que son: el arrepentimiento de obras muertas, la fe en Dios, la doctrina de los bautismos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno.

Incluso los apóstoles de Jesús, antes de dirigir la Iglesia, tuvieron un período intenso de aprendizaje por cerca de tres años y medio, tiempo que duró el ministerio público de Jesús.

El propio apóstol Pablo, antes de salir en su primer viaje misionero, tuvo una preparación de al menos diez años.

Lo que significa que debe haber un tiempo prudente de preparación para servir en la iglesia del Señor, es decir, un período de aprendizaje, perfeccionamiento y madurez para que se pueda llegar a ejercer un servicio fiel en la iglesia del Señor.

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