ᐅ ✔️ ¿Qué significa la parábola del siervo vigilante?

Todo creyente en esta tierra es llamado a permanecer atento a los acontecimientos del mundo. La Biblia es clara al manifestar que debemos estar vigilantes y atentos en nuestra vida cristiana y no estar adormecidos por el dios de este mundo (2 Corintios 4:4).

Jesús dice a los creyentes que deben ser como siervos que esperan a su amo que ha asistido a una fiesta de bodas. Y estar atentos a abrir rápidamente la puerta cuando el Señor regrese de la fiesta (Lucas 12:35).

La Parábola del Siervo Vigilante habla de la importancia de la vigilancia y significa que los creyentes deben estar preparados en todo momento para el regreso de su Señor. La parábola se registra en Lucas 12:35-40 y en Marcos 13:33-37.

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Contexto de la parábola del siervo vigilante

La parábola del siervo vigilante presenta a Jesús con una gran multitud, incluidos sus discípulos (Lucas 12). En la primera parte de su discurso, el Señor Jesús se dirige especialmente a sus discípulos, probablemente un grupo más grande que los doce más cercanos. En la parte final de su discurso, Jesús se dirige a la multitud.

De hecho, en este mismo discurso, Jesús contó otras dos parábolas conocidas: la parábola del rico insensato (Lucas 12:13-21); y la parábola de los dos siervos (Lucas 12:42-46).

La primera parábola habla de la insensatez de poner toda tu confianza en las cosas pasajeras de este mundo. En este sentido, encontramos un contraste entre el rico insensato y el siervo vigilante. Mientras el rico tiene su corazón en la tierra, el siervo vigilante tiene su corazón en el cielo.

La segunda parábola enfatiza el mismo punto que la Parábola del siervo vigilante. Destaca que el buen servidor es aquel que actúa con vigilancia, compromiso y prudencia.

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Explicación de la parábola del siervo vigilante

La parábola del siervo vigilante es una exhortación a la vigilancia constante del creyente y a vivir una vida llena de la presencia de Dios.

Qué significa la parábola del siervo vigilante Lucas 12:35

En primer lugar, Jesús dice que el siervo vigilante tiene su «ropa bien ajustada». Esta expresión se refiere a la costumbre de la época. La gente en ese momento usaba túnicas largas que les dificultaban moverse. Por eso usaban un cinturón que sujetaba sus prendas por encima de las rodillas para que pudieran hacer su trabajo rápidamente. Por tanto, tener la ropa ajustada o ceñida significa estar preparado para cualquier situación.

Aplicando esta metáfora a la vida espiritual, el siervo vigilante es aquel que siempre está preparado para recibir al Señor. Es alguien que siempre está listo para actuar por el Reino de Dios y para servir al Señor de una manera adecuada, esperando diligentemente su regreso.

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En segundo lugar, Jesús dice que el siervo mantiene vigilando en todo tiempo. En ese momento no había luz eléctrica, entonces las lámparas de aceite eran imprescindibles para ver de noche. Si un criado no está listo para cualquier evento, nunca podría abrir la puerta a su amo al amanecer.

En ambos casos, tanto en relación a las vestiduras como a las lámparas, la parábola indica la necesidad de un compromiso de servicio; la necesidad de preparación para recibir al Señor.

Durante su ministerio terrenal, el Señor Jesús dijo que el más grande es aquel que sirve (Lucas 22:27). El Señor ha tomado el lugar de un siervo, y las implicaciones finales de su obra se verán en toda su plenitud en el momento de su regreso, cuando dará la bienvenida a sus benditos siervos a las bodas del cordero.

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Enseñanza de la parábola del siervo vigilante

Muchos nos preguntamos ¿Cuándo vendrá el Señor? A pesar de saber que Él regresará, como creyentes no sabemos cuando. Por lo tanto, los creyentes genuinos son siervos vigilantes, ya que están listos para recibir al Señor a “la medianoche o de madrugada” (Lucas 12:38).

Los siervos atentos siempre están listos en sus puestos en cualquier vigilia o momento de la noche mientras esperan el regreso de su Señor. Entonces son verdaderamente bendecidos.

La idea es que si el dueño de la casa supiera a qué hora vendría el ladrón, podría proteger su casa. Asimismo, los siervos de Cristo no saben a qué hora llegará su Señor. Así que, como buenos siervos vigilantes, siempre deben estar preparados.