No se turbe vuestro corazón es una frase que encontramos comenzando el capítulo 14 del evangelio de Juan, que trae el misterio final de Jesús, transmitiendo sus últimas instrucciones a sus discípulos antes de su muerte.
De esta manera, estamos ante unas palabras muy importantes, ya que a partir de ese momento los discípulos empezarían su vida cristiana sin tener al Señor físicamente, donde tendrían que pasar por una serie de dificultades y persecuciones, que podrían llevarlos a la muerte.
La frase «no se turbe vuestro corazón» significa literalmente «no se angustien». Jesús dijo estas palabras a sus discípulos antes de su crucifixión. En esa ocasión se reunió para la cena de la Pascua en la noche en que fue traicionado.
✅ Dato importante # 1: Algunos intérpretes sostienen que la frase «no se turbe vuestro corazón» significa según el original griego y el propio contexto del pasaje «no os preocupéis más». Así, esta expresión subraya el carácter consolador de las palabras del Señor Jesús.
¿Por qué Jesús dijo en juan 14:1 «no se turbe vuestro corazón»?
Ya hemos dicho que Jesús pronunció estas palabras la noche en que celebró la pascua con sus discípulos e instituyó la Cena del Señor. Así que esa fue también la noche de su traición.
En ese momento, los discípulos estaban en una situación difícil porque no entendían muchas cosas, y sus corazones estaban llenos de confusión.
W. Hendriksen, en su comentario expositivo sobre el Evangelio de Juan, señala que los discípulos estaban tristes por la terrible expectativa de la partida de Cristo; estaban avergonzados por su muestra de egoísmo y orgullo; y estaban perplejos por la noticia de que uno de ellos sería el traidor y que otro de ellos negaría al Maestro.
Por último, también se enfrentaban a una crisis de fe. Tal vez se preguntaban cómo alguien que iba a ser traicionado podía ser realmente el Mesías.
Sin embargo, los discípulos seguían manteniendo su amor y devoción por el Señor Jesús. La unión de todos estos sentimientos hizo que estuvieran literalmente angustiados. Es en este contexto que Jesús comienza su discurso diciendo las dulces palabras: «No se turbe vuestro corazón».
Jesús al decir «no se turbe vuestro corazón», estaba expresando su profundo amor y ternura, ya que en ese momento Él mismo estaba afligido (Juan 13:21; Mateo 36:38; Lucas 22:28). Jesús pronunció estas palabras para consolar a sus discípulos, a pesar de que Él mismo estaba en agonía frente a la cruz.
W. Hendriksen añade que el Señor estaba consolando a los mismos hombres que habían mostrado su egoísmo y estaban a punto de traicionarlo.
¿Cómo no tener el corazón turbado?
Jesús no dijo «no se turbe vuestro corazón» de forma superficial solo para motivar a sus discípulos en un momento difícil. Esa frase no es un consejo vacío. Cuando Jesús dijo «no se turbe vuestro corazón», también ofreció garantías de que todo iría bien.
Esas palabras no se limitaron a los discípulos que estaban con el Señor en aquella noche trascendental. También se extienden a todos sus seguidores que lo aman de verdad. Esto significa que la frase «no se turbe vuestro corazón» es también para nosotros, es también para ti.
Por eso, al igual que los discípulos fueron consolados en aquel momento, hoy también nosotros encontramos consuelo en las mismas palabras de Jesús. Además, el mismo Señor da las razones por las que nunca debemos estar turbados de corazón.
En lugar de estar turbados o angustiados de corazón, debemos confiar en Dios (Juan 14:2). Esa es la forma de no estar turbado. Jesús nos aconseja que confiemos en Dios, porque Él es quien cuida de los suyos. Él ama a su pueblo y escucha nuestras oraciones.
✅ Dato importante # 2: También debemos confiar en el Hijo, Jesús dijo «…Confíen en Dios, y confíen también en mí» (Juan 14:1). Al decir esto, Jesús se pone a la altura del Padre al declarar su plena deidad. Esto significa que no hay que preocuparse porque Él mismo es Dios.
Otras razones de por qué no debemos tener un corazón turbado
El Señor Jesús después de decir no se turbe vuestro corazón, declaro: «En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar» (Juan 14:2).
Esto quiere decir, que Jesús nos asegura que Él mismo es el que prepara todo para que su pueblo sea acogido en la casa del Padre cuando fuere tiempo o cuando cada uno tenga su partida personal al cielo.
Esto es importante porque como hijos de Dios, debemos tener claro que si partimos de esta tierra, estaremos con él y si estamos en la tierra, él volverá por nosotros (Juan 14:3).
Él ha prometido volver a buscar personalmente a los que son suyos, para que estén para siempre donde Él está. El Maestro estaba a punto de partir, pero no sería una separación permanente.
Entonces podemos ver que el Señor permanece atento a su pueblo (Juan 14:12-14). Jesús promete no olvidar a los suyos, al contrario, asegura que todo lo que se pida en su nombre, con el propósito e interés del reino de Dios, lo hará.
Por estas y muchas otras razones, nuestros corazones deben ser consolados porque los seguidores de Cristo nunca serán abandonados (Juan 14:15-26). La partida física de Jesús era inminente, pero Él aseguró a su pueblo que no quedaría huérfano, pues además, un consolador sería enviado.
El Espíritu Santo ahora mora en cada creyente y es quien nos enseña toda la verdad, y a través de él, el Señor mismo habita espiritualmente en su pueblo, la Iglesia, es por esa razón que no estamos huérfanos, sino que ahora, el Padre y el Hijo, habitan en nosotros a través de su santo Espíritu (Juan 17).
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